En los últimos 60 días, Aerolíneas Argentinas inició una ronda de diálogo con todos los gremios del sector para actualizar varios puntos del actual convenio colectivo de trabajo con la idea de mejorar su “competitividad“. “Tiene que ver en cómo pensamos una mejor manera de pagar los viáticos, contabilizar las horas de trabajo, y la manera en la que se arman los los turnos; no es un tema de salarios, que eso se tiene que discutir en paritarias”, reconocieron desde la empresa a Infobae.
Entre otros aspectos, se busca que los pilotos cumplan con hasta 70 horas de vuelo mensual, cuando en la actualidad no superan las 50 horas de vuelo. Otro punto que se busca cambiar son las estadías y los tiempos de descanso. Las tripulaciones que viajan, por ejemplo, a Roma (Italia), cuentan con tres noches de estadía, cuando los pilotos que vuelan en Alitalia sólo tienen una. “Eso hace que los costos sean más caros“, analizaron desde la línea aérea de bandera nacional.
En el borrador que se buscó discutir con los gremios se puso a consideración otro punto, esta vez, relacionado a los asientos disponibles en clase Ejecutivo que tienen los pilotos para descanso, a pesar de contar en algunos aviones con dormitorios personales. “Esos asientos no se pueden vender y generan un perjuicio muy grande a la compañía”, graficaron.
“Hace dos meses la empresa convocó a todos los gremios a un diálogo para intentar mejorar la competitividad de la compañía; dentro de ese diálogo se propuso a cada uno de los gremios una lista de 15 puntos relativos a las condiciones laborales a conversar e intentar poner a la empresa en el mismo nivel de competitividad de otras compañías que operan en el mercado. La mesa está abierta, pero muchos gremios se negaron a la discusión”, reconocieron desde Aerolíneas Argentinas a este medio.
Consultado, el secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla), Pablo Biró, negó que el diálogo con la empresa “esté roto”, aunque aseguró: “No estamos dispuestos a entregar los convenios colectivos de trabajo“.
A principios de octubre, los gremios del sector se manifestaron en contra de la política aeronáutica del Gobierno en el marco de la audiencia pública 221 para la concesión de nuevas rutas aéreas para aerolíneas low cost.
Entre otros reclamos, plantearon que se haya trabajo argentino (tripulaciones nacionales), matriculación de aeronaves LV, se respeten los convenios Colectivos de Trabajo, que permitan el empleo de calidad y no estipulen flexibilización ni cambios en la normativa, y la libertad de sindicalización.
Por otro lado, fuentes que conocen el mercado aerocomercial informaron que por esa negativa de los gremios a discutir la productividad laboral la flota internacional (AIRBUS 340) de la compañía de bandera nacional tendrá dos aviones menos, cuyos contratos de alquiler vencían a fin de año. “Para poder renovarlos había que encontrar condiciones de competitividad que justifiquen la inversión”, explicaron.
Más allá de las recurrentes medidas de fuerza tanto en Ezeiza como en Aeroparque, un importante contrapunto entre los sindicatos y la empresa tuvo lugar el año pasado, luego de un paro de Aerolíneas Argentinas y Austral que obligó a suspender 380 vuelos y ya afectó a más de 40 mil pasajeros en reclamo de mejoras salariales.
En aquel momento, un recibo de sueldo suministrado por un empleado de la compañía que estuvo en contra de la protesta y pidió preservar su identidad por temor a represalias internas, graficó que un piloto de Aerolíneas Argentinas ganaba un salario bruto de alrededor de 260 mil pesos por mes (ver foto adjunta).