En este momento y cerca de todos nosotros están naciendo alrededor del globo los bebés que más se acercarán a vivir 100 años. Y otra idea emocionante que ronda en la cabeza de los expertos en demografía, salud y longevidad es que no se fabrica salud a lo largo de la vida. Sino todo lo contrario. Por eso es deseable que los países puedan desarrollar con esplendor y firmeza el concepto de la prevención en salud, en el marco de un mundo que se encamina a llenar de sentido la noción de “vivir más y mejor”.
Las poblaciones envejecidas continúan siendo todo un desafío para las sociedades y los gobiernos de todo el mundo. Y es en este contexto que adquiere una profunda dimensión la investigación científica que impulsó el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en Seattle, al que tuvo acceso Infobae.
El IHME examina los escenarios y pronósticos futuros del estatus de la salud, y los analiza en “mejores” y “peores” alrededor del globo, incluidas la esperanza de vida, las principales causas de muerte y los escenarios alternativos para las tendencias de salud. Este estudio con foco en los distintos países del globo en el 2040 fue publicado y amplificado por la prestigiosa revista The Lancet.
Las clasificaciones sobre las expectativas de vida de las naciones estudiadas por el IHME, en Seattle, fueron en su mayoría paradojales. El “mejor” escenario encuentra que casi 50 naciones ganan 10 años o más de expectativa de vida. Y en el “peor” escenario, casi la mitad de los países podrían disminuir la esperanza de vida. Específicamente, 87 países experimentarán una disminución y 57 verán un aumento de un año o más.
Entre los datos destacados figura que en la Argentina, la esperanza de vida podría aumentar hasta 6.3 años si se abordan de manera correcta y precisa los llamados “impulsores de la salud”, principalmente contra la obesidad y el consumo de tabaco y alcohol. España ocuparía en el 2040 el 1° lugar en el mundo con una esperanza de vida promedio de 85.8 años.
Algo común entre las naciones que participaron del estudio 2040 del IHME es que existe un gran potencial entre los países para influir en la salud a través de la lucha contra la hipertensión, la obesidad, el tabaco, el alcohol y la contaminación del aire, entre otros.
En un “mejor escenario” de salud la esperanza de vida de Argentina podría aumentar hasta 6.3 años o disminuir hasta 0.8 años en un “peor escenario”.
En diálogo con Infobae, desde Seattle, el doctor Rafael Lozano, director de Sistemas de Salud y Análisis Estratégico del IHME en la Universidad de Washington, analizó el estudio: ” El aumento de la esperanza de vida -a nivel global y en el caso argentino- está relacionado con la disminución de la “mala” mortalidad por algunas causas, como la cardiopatía isquémica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de pulmón y los accidentes cerebrovasculares”.
El caso argentino
Argentina, con una esperanza de vida promedio de 76.7 años en 2016, se ubicó en el puesto 65 entre 195 naciones. Sin embargo, si continúan las tendencias actuales de salud, podría descender a la posición 76 en 2040, con una esperanza de vida promedio de 78,8 años, un aumento de 2,1 años.
Consultado por Infobae Lozano se refirió al caso argentino y al consenso entre los expertos y las estadísticas oficiales sobre el descenso en la edad de inicio del consumo de alcohol y drogas: “El inicio precoz en el consumo de alcohol y drogas trae consecuencias negativas, si los hábitos negativos continúan por largos períodos. Si se interrumpen pronto el daño será menor. En el caso de las mujeres, ellas afectan la salud de sus hijos o hijas cuando están embarazadas”.
En 2016, las 10 principales causas de muerte prematura en Argentina fueron la cardiopatía isquémica, las infecciones respiratorias bajas, los accidentes cerebrovasculares, las lesiones viales, el cáncer de pulmón, la EPOC, el suicidio, los defectos congénitos de nacimiento, las complicaciones neonatales del parto prematuro y la enfermedad renal crónica.
En 2040, sin embargo, se espera que las causas principales sean la cardiopatía isquémica, las infecciones respiratorias bajas, la enfermedad renal crónica, el derrame cerebral, el cáncer de pulmón, la diabetes, el cáncer de colon y recto, la EPOC, el suicidio y el cáncer de mama.
El mundo hacia el 2040
El estudio de la Universidad de Washington proyecta un aumento significativo en las muertes por enfermedades no transmisibles (ENT), que incluye diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad renal crónica y cáncer de pulmón, así como el empeoramiento de los resultados sanitarios vinculados a la obesidad.
“El futuro de la salud del mundo no está preestablecido, y hay una amplia gama de trayectorias plausibles”, dijo el doctor Kyle Foreman, director de Ciencia de Datos del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, y autor principal del estudio. “Vemos un progreso significativo o un estancamiento, depende de cómo los sistemas de salud abordan bien o mal los factores clave de la salud”.
Según Foreman, los cinco principales impulsores de la salud que explican la mayor parte de la trayectoria futura de la mortalidad prematura son la presión arterial alta, el índice de masa corporal alto, el nivel alto de azúcar en sangre, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. La contaminación del aire ocupa el sexto lugar.
El Reino Unido tuvo una expectativa de vida de 80.8 años en 2016 y se espera que aumente a 83.3, ascendiendo del lugar 26 al 23 en 2040. Se estima que Palestina será una de las naciones que más caerá en su clasificación de esperanza de vida, de 114 en 2016 a 152 en 2040.
Entre las 10 naciones principales, incluso en sus escenarios “peores” en 2040 permanece la esperanza de vida por encima de los 80 años.
En marcado contraste, los países del África que ocupan el último lugar, que incluyen a Lesotho, Swazilandia, República Centroafricana y Sudáfrica, los “mejores” y “peores” escenarios de salud en 2040 van desde un máximo de 75,3 años en Sudáfrica (“mejor” escenario ) a un mínimo de 45,3 años en Lesotho (“peor escenario”), una diferencia de 30 años.
“Las desigualdades seguirán siendo grandes”, dijo el doctor Christopher Murray, director de IHME. La brecha entre los escenarios “mejor” y “peor” se reducirá, pero seguirá siendo significativa. En un número sustancial de países, demasiadas personas continuarán ganando ingresos relativamente bajos, seguirán teniendo poca educación y morirán prematuramente. Pero las naciones podrían progresar más rápido ayudando a las personas a enfrentar los principales riesgos, especialmente el tabaquismo y la mala alimentación”.
Lozano, consultado por Infobae, desde las oficinas del IHME en Seattle, acerca de cuánto influye el índice de pobreza en la esperanza de vida de la Argentina -del 35%- explicó: “sin duda el aumento de la pobreza tiene un efecto en la salud de la población. Si bien este estudio no está buscando responder esa pregunta, al encarecerse el tratamiento y disminuir la capacidad de compra de servicios, muchas familias se quedan sin acceso o se empobrecen (más aún si no hay cobertura universal)”, concluyó el científico mexicano.
Se estima que las ocho enfermedades no transmisibles o lesiones epara el mundo que estarán entre las 10 primeras causas de mortalidad prematura en 2040 serán cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, EPOC, enfermedad renal crónica, Alzheimer, diabetes, lesiones viales y cáncer de pulmón.
INFOGRAFIA: Marcelo Regalado