El entrenador del Millonario entró al vestuario a hablar con los jugadores durante el entretiempo, algo que tenía prohibido. “Es injusto que te quiten el derecho a trabajar”, se defendió.
Una vez finalizada la agónica victoria de River en Porto Alegre, todas las miradas se posaron sobre Marcelo Gallardo, quien a pesar de estar suspendido por la Conmebol ingresó al vestuario de se equipo para dar indicaciones durante el entretiempo.
El entrenador, que debió ver todo el partido desde un palco, se comunicó con su ayudante Hernán Buján durante todo el encuentro a través de un handy, algo que, según las palabras del propio Gallardo, la Conmebol permite desde el último cambio de reglamento que realizó.
Pero al concluir los primeros cuarenta y cinco minutos, con su equipo perdiendo 1 a 0, el Muñeco decidió bajar y entrar al vestuario para hablar y darles ánimo a sus jugadores, algo que sí tenía prohibido pero que le trajo un buen resultado.
“No me importa no estar en las finales. Si es así, que sea así. Yo estoy haciendo un descargo de acuerdo a lo que creo que es injusto. ¿Está en el reglamento? Bueno, lo acepto, pero no me iba a privar de estar en el vestuario con mis jugadores en el momento en el que más lo necesitaban”, se defendió el entrenador al ser consultado y acusado por parte de la prensa brasileña.
Gallardo, campeón de la Copa Libertadores en 2015, remarcó que tenía conocimiento de la prohibición, pero en todo momento justificó su accionar y aseguró que lo volvería a hacer.
“Creo que es injusto que te quiten el derecho y la libertad de trabajo. Me tomé el atrevimiento de bajar y hablar con los jugadores porque creía que lo necesitaban y yo también lo necesitaba. Tal vez incumplí una regla de no tener que entrar al vestuario, pero la reconozco y la asumo. Era lo que yo sentía que tenía que hacer, no me arrepiento para nada”, aseguró.
Otro que habló sobre lo sucedido fue Matías Biscay, quien anoche debió hacerse cargo de la dirección técnica del Millonario. “Realmente conmigo no tuvo comunicación, yo estaba pendiente del partido y no tenía ningún aparato para poder comunicarme con nadie. Quizá estaba llamando a su casa porque tiene una familia y estarían contentos por el partido”, dijo con una sonrisa cómplice.
Con sanción o sin sanción, River está en la final de una nueva edición de la Copa Libertadores de América y espera rival. Esta noche, desde las 21:45, Palmeiras y Boca se disputarán el otro lugar de la fase decisiva.