A una semana de los comicios legislativos, el mandatario republicano anunció sus planes de eliminar el derecho a la ciudadanía que se otorga a los que nacen en suelo estadounidense. Para ello, se necesita modificar la Constitución.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó su retórica anti-inmigrante a una semana de las elecciones legislativas de medio término. Esta vez no dirigió sus dardos contra los migrantes sino contra sus hijos. En una entrevista concedida a la web de noticias Axios, Trump amenazó con eliminar por decreto el derecho a la ciudadanía que se otorga a todos los que nacen en territorio estadounidense. Una decisión que, según juristas de Estados Unidos, no puede ejecutarse sin antes modificar la Constitución sancionada hace más de 100 años. Y en particular la 14 enmienda. De manera que si el mandatario decidiera proponerlo por vía parlamentaria, desencadenaría un intenso debate constitucional.
“Somos el único país del mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y ese bebé es esencialmente ciudadano de los Estados Unidos durante 85 años, con todos los beneficios”, se quejó el presidente, quien además consideró que ese derecho consagrado por la Constitución es ridículo y debería terminar. Rápidamente los especialistas en derecho salieron al cruce de sus dichos y aclararon que una medida de ese tipo excede las facultades del presidente. “Si el derecho de suelo garantizado por la 14ª Enmienda pudiera ser borrado así de un plumazo por Trump, entonces la Constitución entera podría ser borrada de la misma manera”, tuitió Laurence Tribe, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Harvard. No obstante Trump redobló la apuesta y aseguró que la iniciativa está en proceso y que la va a ejecutar por decreto. “Siempre me dijeron que se necesita una enmienda constitucional. ¿Adivina qué? No es así”, señaló Trump. “Definitivamente se puede hacer con un acto en el Congreso, pero ahora también dicen que se puede hace sólo con una orden ejecutiva”, desafió. Esta decisión se argumenta, sostuvo, en que la 14 enmienda, que ofrece la ciudadanía a todo aquel nacido en suelo estadounidense, estaba pensado solo para ciudadanos y residentes permanentes: “no para los inmigrantes que están en el país ilegalmente”. En la misma línea con el líder republicano, el senador Lindsey Graham señaló que Estados Unidos es uno de los dos únicos países “desarrollados” que otorga la ciudadanía por derecho de suelo. Esta política es un imán para la inmigración ilegal, consideró Graham, anunciando que lanzará un proyecto de ley que refleje la intención del presidente. Parados en el lado opuesto de la biblioteca jurídica, varios magistrados sostuvieron que esta decisión va en contra de los derechos esenciales que establece su constitución. Neal Katyal, ex Procurador General interino de Estados Unidos (2010-2011) y abogado de la Corte Suprema afirmó: “Esta es una de las peores acciones legales de los legisladores. Cínica, estúpida, inconstitucional, y es solo otra forma de que Trump divida a los estadounidenses. Lo desafiaremos en corte y ganaremos”. Los juristas adelantaron que el futuro de la medida se definirá en la Corte, como otros decretos anunciados por el mandatario como su intento de prohibir la entrada de ciudadanos de mayoría musulmán o sus ataques contra los “dreamers”. En tanto, los demócratas tampoco tardaron en responder y de inmediato se sumaron a declarar el carácter inconstitucional de la iniciativa del presidente. “Aunque la propuesta de Trump de terminar el derecho por nacimiento es obviamente inconstitucional, su intensión es clara, es incitar al miedo, dividir a nuestra nación y hacer que las comunidades vulnerables se sientan inseguras”, señaló el partido en un mensaje en el que llamó a votar en los comicios del 6 de noviembre. La organización de defensa de los derechos humanos ACLU recordó que la 14ª Enmienda garantiza de forma clara la ciudadanía y que la Constitución no se puede borrar con una orden ejecutiva. “Esto es un atentado plenamente anticonstitucional para agitar la retórica incendiaria de odio contra los inmigrantes días antes de las elecciones”, estimó la organización.
En la entrevista, Trump no dio ningún indicio del plazo en el que podría intentar poner en marcha esta reforma. Sin embargo sus palabras pueden traducirse en reformas en lo inmediato como ya lo ha hecho al separar a las familias migrantes en la frontera con México y recientemente al militarizar ese paso con intenciones de detener la caravana de migrantes. Las declaraciones de Trump llegan, además, un día después de que anunciara el envío de 5 mil soldados más para frenar a los miles de centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos. “Por favor, regresen, no serán admitidos en Estados Unidos a no ser que sigan el proceso legal. ¡Esta es una invasión de nuestro país y nuestro ejército los está esperando!”, tuitió Trump en su cuenta de la red social Twitter. El presidente, que llegó a referirse a los comicios del próximo martes como “las elecciones de la caravana”, ha llevado el tema de la inmigración al centro de la campaña, confiando en que movilice a sus bases para que impidan en las urnas que los republicanos pierdan el control del Congreso.