El Consejo Directivo de la CGT decidió, por falta de acuerdo interno, postergar hasta la semana próxima la discusión sobre un nuevo paro nacional, a la vez que recibió un llamado del Gobierno para acercar posiciones.
Así fue resuelto este miércoles, tras dos horas y media de reunión en la histórica sede de Azopardo 802, encabezada por sus dos secretarios generales, Héctor Daer y Carlos Acuña.
“Va a ser fuerte”, adelantaron voceros de la central obrera tras la cumbre, en la que se discutieron detalles sobre la medida de fuerza, que aún no tiene fecha de realización.
Los dirigentes no precisaron si sigue firme la posibilidad de que el paro se realice el 27 de noviembre, como había trascendido, pero sí aseguraron que va a ser “en la segunda quincena” de ese mes.
En este sentido, no descartaron que el cese de actividades pueda convocarse para uno de los días en los que se esté llevando adelante la cumbre de presidentes del G20, aprovechando que en esa ocasión “va a haber gente de todo el mundo” y la protesta tendría mayor visibilidad.
Modalidad
Por el momento, el Comité Directivo volverá a reunirse el jueves de la semana que viene para tratar de ponerse de acuerdo en estos puntos: además queda pendiente decidir si la medida de fuerza incluirá también un llamado a movilizar.
Algunos de los que participaron de la reunión de este miércoles precisaron a NA que diferentes sindicatos recibieron llamados por parte del Ministerio de Producción, que dirige Dante Sica, para tratar de acercar posiciones, pero ratificaron que el paro está “casi definido”.
Tras el encuentro, Daer y Acuña se retiraron de la sede de Azopardo al 800 sin realizar declaraciones a la prensa.
Por la mañana, el dirigente de Camioneros Pablo Moyano había señalado que su gremio le pidió “a la CGT una continuidad en el plan de lucha” y resaltó que le “dolió” que la central obrera “no estuviera al frente de la movilización impresionante contra este Presupuesto”.
Moyano, que es uno de los principales referentes sindicales que se alejó de la conducción de Daer y Acuña, señaló que “sólo con un sector del movimiento obrero no alcanza para confrontar contra este modelo económico”.