Tres pacientes parapléjicos tratados con estimulación eléctrica en Suiza recuperaron el control de sus músculos paralizados y consiguieron caminar de nuevo, sin la estimulación continuada.
La investigación se llevó a cabo en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el Hospital Universitario de Lausana (CHUV) y es objeto de dos estudios publicados el miércoles respectivamente en Nature y Nature neuroscience.
Esto es una novedad, ya que estudios estadounidenses anteriores mostraron una capacidad de hacer algunos pasos con ayuda de caminadores, pero solo con un estímulo continuado.
“Nadie había demostrado antes la posibilidad de moverse o caminar después de parar la estimulación en el hombre”, aseguró Jocelyne Bloch (CHUV), quien puso los implantes (16 electrodos conectados a un estimulador).
Es un “paso de gigante” en la investigación sobre las lesiones en la médula espinal, señala un especialista estadounidense de la Universidad de Washington en Seattle, Chet Moritz, en una editorial de la revista científica Nature.
El hecho que después de varios meses de estimulación estos tres hombres hayan podido retomar el control de sus músculos paralizados, sin activar la estimulación, es una “prueba sólida de que el cerebro y la médula espinal restablecieron conexiones naturales”, precisó. “Dos de estos participantes incluso fueron capaces de caminar utilizando un andador con ruedas para el equilibrio y la seguridad”, reveló.
A la estimulación epidural (los electrodos se ubican fuera de la membrana protectora de la médula) a nivel lumbar por debajo de la lesión se sumó un entrenamiento físico intensivo con arnés para los tres pacientes: David M. de Zúrich (Suiza), 28 años, paralizado tras un accidente deportivo en 2010; Gert-Jan Oskam, 35 años, de Holanda, víctima de un accidente de bicicleta en China en 2011, y Sebastian Tobler, 47 años, de Friburgo (Suiza), el más grave, que también sufrió un accidente con una bicicleta de montaña en 2013.
“Al cabo de 3 a 5 meses de entrenamiento con estimulación aparece una cierta recuperación neurológica. La estimulación está dirigida a la zona medular que controla los músculos de los miembros inferiores activados cuando se camina”, describrió Jocelyne Bloch.
“La programación y la localización de la estimulación eléctrica son esenciales para la capacidad del paciente de efectuar un movimiento voluntario”, según el investigador Grégoire Courtine (EPFL).
La experiencia incluye dos fases: en la primera, la estimulación permite una activación de los músculos y aumenta la resistencia en el entrenamiento. En una segunda fase, se empieza a ver una recuperación neurológica, es decir que ciertos movimientos se han vuelto posibles sin estimulación, explica Bloch.
Los electrodos están conectados por un cable al neuroestimulador, colocado en el abdomen bajo la piel. Un reloj con reconocimiento de voz permite al paciente activar su estimulador.
“El mejor hace más de 2 kilómetros con estimulación en laboratorio tras meses de entrenamiento. Actualmente sigue siendo capaz de hacerlo”, precisa la neurocirujana.
Estos pacientes ganaron en autonomía. “Pronto podré hacer una barbacoa de pie” cuenta Gert-Jan, quien puede recorrer pequeñas distancias, incluso sin estimulación.
David recuperó el control de los músculos de su pierna izquierda, totalmente paralizada, y mejoró los de la derecha. Aunque para él la silla de ruedas sigue siendo el medio de transporte más eficaz, ya puede realizar algunos pasos sin asistencia.
El paciente en una situación más grave, Sebastian, necesitó tres meses adicionales. Hoy en día, puede caminar en el laboratorio con estimulación. Ha construido un triciclo para parapléjicos que le permite “ir al bosque”, asegura.
¿Pueden progresar aún más? “Por supuesto, pero esto implica entrenarse sin parar”, dice Joeclyne Bloch.
Con información AFP