El clásico de Antoine de Saint-Exupéry atravesó décadas y mundos para llegar al presente con una interpretación que algunos consideran polémica.
El lenguaje es como un ser vivo: cambia a través de los años, se expande o contrae, adopta vocablos y modismos que reemplazan a los anteriores, todo gracias al uso que le dan los usuarios.
Pero, ¿cómo impacta esa premisa en las obras literarias, y en especial en las que ya son un clásico de la literatura mundial? Tal es la cuestión en el caso de la edición de “El principito”, que fue publicada con lenguaje inclusivo.
“Pido perdón a les chiques por dedicar este libro a un adulto”, es la frase que encabeza el texto de Antoine de Saint-Exupéry traducido por Julia Bucci. Así se dispara la polémica entre los puristas de la biblioteca y los temerarios del lenguaje, informó Anita Rodríguez Correa.
La misma editorial que publicó esta versión de “El principito” inclusivo tiene en su catálogo a “La principesa” (no confundir con “La princesa”), una edición en la que la protagonista dibuja un volcán dormido en lugar de una serpiente que se comió un elefante para que quien lea el libro no se traumatice con la imagen de un animal comiendo a otro.