Los “chalecos amarillos” convocaron a una nueva concentración para el próximo sábado, mientras persisten los bloqueos de rutas y refinerías, en los que ya hubo un muerto, 409 heridos y 282 detenidos.
Chantal Lapuerta, una de las voceras del movimiento llamado “chalecos amarillos”, por la prenda fluorescente que los identifica, confirmó que muchos de los manifestantes viajarán a París el próximo 24 de noviembre “si (el presidente, Emmanuel) Macron no se pronuncia sobre el precio de los combustibles”.
Desde su inicio el movimiento se desarrolló sin estructura política ni liderazgo claro y se organizó a través de las redes sociales. Las acciones multitudinarias del pasado fin de semana reclaman que el Gobierno atienda sus peticiones y conceda una audiencia con Macron.
En Facebook, 143.000 usuarios se mostraron “interesados” por el evento que da cita a los “chalecos amarillos” en la plaza de la Concordia de París entre las ocho y las once de la mañana, para marchar hacia el Elíseo.
El Gobierno francés aduce que el aumento impositivo apunta a desalentar el uso de combustibles fósiles y con ello proteger al ambiente, pero muchos de los miembros del grupo viven en zonas urbanas alejadas de las grandes ciudades francesas y aseguran que el automóvil es su único medio de transporte.
El portavoz del Ejecutivo, Benjamin Griveaux, reiteró que no se dará marcha atrás con el resistido impuesto al combustible y retomó las palabras del primer ministro, Édouard Philippe, que el sábado aseguró “haber escuchado” el descontento popular.