Los chalecos amarillos coparon la avenida de los Campos Elíseos. Hubo enfrentamientos con incidentes.
Un sábado violento y helado en París: los “chalecos amarillos”, ese movimiento sin líderes que comenzó en la Francia rural y preurbana para protestar por el alza en los precios del combustible, avanzaron sobre la capital por la mañana y todo se ha transformado en una insurrección imprevisible contra el gobierno.
Violaron la autorización de reunirse en el campo de Marte, frente a la Torre Eiffel, y avanzaron por la famosa avenida de los Campos Elíseos, que se convirtió en zona de combate contra las fuerzas del orden.
Incidentes y heridos tras la manifestación
La ultraderecha infiltró la marcha y se enfrentaron violentamente con la policía, que no cargó para evitar muertos y heridos, igual que en la movilización de la semana anterior.
El ministro del Interior Christophe Castaner acusó a Marine Le Pen, del xenófobo Frente Nacional, de convocar manifestantes a los Campos Elíseas y llamó “sediciosos” a los protagonistas del caos vinculados a “la ultraderecha”.
Le Pen, por su parte, dijo que el funcionario hacía “manipulación politiquera” porque ella pidió que no se marchara en ese sector.
Según el funcionario, la movilización “se ha debilitado en el resto del país “.
Una nube de gases lacrimógenos cubría la avenida más linda del mundo, mientras los manifestantes, con sus caras cubiertas, resistían como podían la fuerza del agua de los camiones hidratantes.
Se trata de alrededor de 5.000 mil personas que, al grito de “¡Renunciá, Macron!”, piden que se vaya el mandatario y quieren llegar hasta el Palacio de Elíseo, la sede presidencial completamente blindada por la policía.
Las fuerzas de seguridad advierten sobre “una infiltración de la extrema derecha” en la marcha y la presencia de casseurs, vándalos que llegan para romper y robar.
Los negocios cerraron rápidamente y los turistas huyen aterrorizados, sin saber exactamente qué pasa.
Los hoteles de los alrededores clausuraron las puertas. Y quienes quieren ir al aeropuerto han quedado varados.
Ante una movilización que amenazaba con ser amplia, las autoridades establecieron un perímetro rojo. Desde la Plaza de la Concordia, la Iglesia de la Madeleine y los Campos Elíseos, cubriendo zonas sensibles como las embajadas norteamericana y británica.