A los 29 años y en pleno éxito, Michael J. Fox recibió noticias devastadoras cuando le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en el año 1991.
“Honestamente, mi primera reacción fue: ‘Cometiste un error, no eres consciente de quién soy'”, admitió el actor en una reciente entrevista a Closer Weekly. “Simplemente pensé: ‘Esto es absurdo’. Tuve el diagnóstico, me asusté y salí corriendo”.
La estrella de Volver al Futuro reveló que hizo frente a la noticia recurriendo al alcohol. “Respondí bebiendo demasiado”, recordó. “Bebí para borrarlo, para que se vaya”.
Comenzó a aislarse de su familia y escondía las botellas para que su esposa no lo supiese. Su estado de abandono generó problemas en su vida personal: “Causó tensión en mi matrimonio, que siempre había sido asombroso “.
Fox está casado con la actriz Tracy Pollan desde 1988, con quien tiene cuatro hijos.
Pollan decidido a quedarse al lado de Fox. “Mi esposa es una persona increíble”, dijo Fox. “Le doy crédito por mi capacidad para lidiar con esto, y también por estar ahí en mis primeros intentos de lidiar con la enfermedad de una manera no productiva bebiendo o enojándome”.
El actor también tuvo palabras de amor hacia sus hijos que también han sido de apoyo.
Fox se asustó inicialmente por conocer su enfermedad, pero a los 57 años, se niega a permitir que le impida disfrutar de su vida. En estos días, prefiere vivir el momento.
“Está bien entender dónde estoy hoy, pero no tengo que pasar mucho tiempo pensando en dónde estaré mañana”, dijo. “Hago lo que necesito hacer, hacer ejercicio o administrar mis medicamentos correctamente o descansar lo suficiente, pero no lo hago así para que mañana es mejor. Los hago así hoy está bien”.
Con sus palabras el actor espera inspirar a otros para también pueden vivir la vida al máximo.
No es la primera vez que el actor habla sobre cómo su diagnóstico lo impactó puertas cerradas.
En una entrevista a People a principios de este año, relató que se dio cuenta por primera vez de que algo estaba mal en 1990 cuando se despertó una mañana y notó que su mano izquierda se estaba moviendo incontrolablemente. No sería hasta 1991 cuando un neurólogo le informó que tenía Parkinson.
Luego, en 1992, Pollan y su entonces hijo de 3 años, Sam, encontraron a Fox desmayado en el sofá de la sala de estar con una lata de cerveza derramándose sobre la alfombra junto a él. Esa bebida sería la última para el actor que recurrió a un terapeuta para enfrentar su dolor de una forma más sana y menos dañina tanta para él como para sus más queridos.
La vida se volvió más feliz para Fox, que recibió a las hijas gemelas Aquinnah y Schuyler en 1995, y luego a Esme en 2001.
Con su fundación The Michael J. Fox Foundation, la estrella recauda fondos la búsqueda de una cura para esta enfermedad. Desde su diagnostico no ha dejado de trabajar y ha aparecido en series de televisión como The Good Wife y Curb Your Enthusiasm.