Sergio Schoklender y su ex mujer, Viviana Sala, intentan por estas horas frenar, como sea, la subasta de su casona de Villa Urquiza, donde vivieron juntos durante años. Según pudo saber Infobae, los nuevos “dueños” pagaron 271 mil dólares para quedarse con la vivienda, muy lejos de los 480 mil de las tasaciones privadas. La medida todavía no se hizo efectiva porque el ex apoderado de las Madres y su ex mujer presentaron una batería de recursos. Si la Justicia confirma el proceso (ahora está en la Cámara Civil), sería el primer dinero “recuperado” en la causa Sueños Compartidos, un escándalo que llegará a juicio a lo largo de 2019.
El remate judicial de la casa, ubicada en Guevara 1430, fue ordenado por un juez civil ante un reclamo de los acreedores hipotecarios que le habían prestado a Schoklender parte del dinero.
La subasta, a cargo del martillero Alberto Pantaleón Bianco, se concretó el 3 de octubre con una base de 270 mil dólares. Los compradores, Gabriela Eugenia Topalian y Fernando Angel Maresca, pagaron apenas 1.000 dólares más para quedarse con la vivienda donde Schoklender solía recibir a los periodistas en los meses posteriores al escándalo. En realidad, la operación se concretó con una seña de casi 80 mil dólares, depositados en una cuenta bancaria.
A partir de ese momento, Schoklender (actualmente radicado en Rosario) y su ex mujer intentan frenar que la subasta se haga efectiva. En realidad las chicanas comenzaron mucho antes. Primero recusaron al juez de la causa, del juzgado civil 63, y lograron que el expediente, “Hermosi Ramona Raquel y otros c/Sala Vivina s/ejecucion hipotecaria“, pase temporalmente a otro juzgado. Luego le pidieron al juez federal Marcelo Martínez de Giorgi, a cargo de la causa penal, que levante la inhibición de otro inmueble, en la localidad de Pilar, para poder pagar las deudas con los acreedores de la casa de Guevara.
Ante las sucesivas negativas, reclamaron la nulidad de la subasta. Tampoco tuvieron suerte. Por último apelaron ante la Cámara Civil.
En la causa penal por la estafa de Sueños Compartidos, donde hay más de veinte procesados, el juez Martínez De Giorgi embargó decenas de propiedades, un barco y hasta un avión a nombre de la empresa de Meldorek. Todos esos bienes recién podrían ser subastados cuando termine el juicio oral, siempre que haya condenas.
Luego de casi ocho años, la investigación judicial está cerca de terminar, al menos el tramo sustancial. Luego de la feria judicial de enero, el juez elevará la causa. En ese juicio serán juzgados los hermanos Schoklender, su entorno, la titular de las Madres Hebe de Bonafini, y los ex funcionarios del Ministerio de Planificación. Solo falta resolver la situación del ex ministro Julio De Vido.
La casa de la calle Guevara fue adquirida por Schoklender y su entonces esposa antes de que comenzara el Plan Sueños Compartidos, pero como figura a nombre de Viviana Sala, que está siendo investigada y arrastra un llamado a indagatoria, el juez tiene previsto pedir, como medida cautelar, que el dinero de la subasta quede depositado en una cuenta bancaria.
La batalla judicial por el remate no terminó. “A giorgi… o mejor dicho al Sr. Juez Martínez Di Giorgi le corresponderán – no lo dude-, las consecuencias de haber dispuesto una medida –y autorizado una subasta- en base a una resolución que no se encontraba firme. Pero Ud. también lo sabía. Yo se lo dije“, dice una de las últimas apelaciones presentada por Sala, con la firma de su abogado, Sergio Schoklender.