El regreso a la democracia quedó marcado el 10 de diciembre de 1983. Ese día, el presidente electo finalmente tomó el mando del país, luego de multitudinarias marchas y protestas que reclamaban elecciones libres
El 10 de diciembre de 1983 fue una fecha histórica. Ese día, Reynaldo Bignone le traspasó el mando a Raúl Alfonsín en lo que significó el regreso a la Democracia al país.
El dictador asumió el poder el 1° de julio de 1982 y sucedió a Leopoldo Galtieri, militar que ordenó la guerra contra Gran Bretaña por la recuperación de las Islas Malvinas. Seis meses después, el 16 de diciembre de ese mismo año, más de 100 mil personas salieron a protestar a Plaza de Mayo al grito de “que se vayan”, en lo que fue una multitudinaria movilización.
El reclamo principal era el llamado a elecciones democráticas a más tardar el 12 de octubre de 1983. Sin embargo, la organización llevó a que el acto eleccionario recién se pudiera realizar el 30 de octubre de ese mismo año. El contexto popular no sólo reclamaba el retorno de la democracia en movilizaciones sino también en las calles, recitales y en las canchas de fútbol.
El 29 de octubre de 1983, Bignone lanzó su último mensaje a la población. “Las elecciones generales que se llevarán a cabo mañana entrañarán un verdadero desafío cívico que la historia nos plantea”. Y, finalmente, en ese discurso cerró con que “los protagonistas de nuestro futuro institucional son los partidos políticos”.
Alfonsín asumió como presidente el 10 de diciembre y el dato particular es que, justamente, fue el propio Bignone quien le entregó la banda y el bastón.