Su papá le donó 115 gramos de hígado y Aluminé, se convirtió en la beba más chiquita en ser trasplantada. Martín Fauda, cirujano del Hospital Austral de Chubut, contó detalles de la inédita operación.
Dos kilos y medio y 27 días de vida tenía Aluminé cuando entró al quirófano. Ya habían agotado las instancias previas para evitar la operación, pero nada había dado resultado para revertir su situación hepática. Por eso, en el Hospital Austral de Chubut, los médicos se embarcaban en una operación histórica para el país: hacerle un trasplante de hígado a una criatura tan chiquita.
Martín Fauda es cirujano de trasplante de la unidad Hígado del mencionado nosocomio. Fue quien comandó la intervención y contó pormenores del inédito caso. “Trasplantes pediátricos hacemos rutinariamente. Este año fueron 18, pero lo anecdótico es que hay muy pocos casos de bebés tan chicos. Y en Argentina nunca se había hecho”, contó el profesional.
La bibliografía no abunda al respecto, pero según indagaron en internet, la otra operaciónsimilar que aparece habla de una “beba africana que fue trasladada a Japón para la intervención”. “Pero no tenemos más datos. En Argentina es la primera”, dice orgulloso.
La operación duró seis horas. Se realizó al unísono en dos quirófanos: en uno, Alejandro el papá de la chiquita, en el otro Aluminé, quien recibió 115 gramos de hígado. “Sobre la porción que se le sacó al padre, que es la que se suele extraer para los trasplantes pediátricos, se extrajeron 115 gramos”, relata el cirujano.
“Aluminé nació con hepatitis aloinmune, patología que se da porque durante el embarazo se metaboliza mal el hierro y estos depósitos se acumulan en el hígado y esto hace que el bebé nazca con hepatitis grave o eventualmente con cirrosis. Hay medidas y tratamientos para no llegar al trasplante, pero en este caso no dieron resultados”, detalla el cirujano.
A la bebita se le detectó la patología una vez nacida. “En estos casos el paciente nace amarillo, lo que se le atribuye a un problema con la bilirrubina y se la manda a fototerapia. Pero con el paso de las horas la condición empeora y los análisis clínicos marcan que algo anda mal. Este caso se da uno en un millón”, cuenta.
Y sobre si se puede detectar dentro del útero este tipo de patología, el médico cirujano relata: “Es relativamente nuevo el detectar patologías intrauterinamente. Estos casos podríamos verlos eventualmente con una ecografía que mire el hígado: su tamaño, alguna irregularidad o nódulo. Es un desafío para los próximos años”.
Martín relata que la nena “está bárbara. Subió de peso, ya está en 4 kilos y medio. Está muy bien”. La operación fue un éxito y sentó un precedente importante en el país. Sus papás celebraron esta intervención poniéndole Renata de segundo nombre. Es que significa “nacida por segunda vez“, lo que su hija logró 27 días después de venir al mundo