La celebración del Día de los Santos Inocentes es una auténtica tradición en la mayoría de los países católicos del mundo, donde la consigna es ser lo más desconfiado posible para no caer en ninguna trampa
Bromas. De eso se trata. A amigos, familiares, compañeros de trabajo. Hoy, 28 de diciembre, es un día para estar atentos ya que nada de lo que parece ser…¡puede serlo en realidad!. Es el festejo del “Día de los Inocentes” y la consigna es ser lo más desconfiado posible. Para no caer en la trampa y, por las dudas, ser el que diga primero: “que la inocencia te valga”. Lo cierto es que, después de la Navidad, este día supone la ocasión más que perfecta para hacer bromas inolvidables. ‘Inocentadas’ que arrancarán más de una risa y alguna que otra bronca en aquellos que caen víctimas de ellas.
La celebración del ‘Día de los Santos Inocentes’ es una auténtica tradición en la mayoría de los países católicos del mundo. Y en la Argentina se cumple a rajatabla.
Sin embargo, son pocos los que saben que la conmemoración de esta fecha tiene su origen en la historia bíblica. Su origen se remonta a la matanza de niños que ordenó el rey Herodes, al ir en la búsqueda del Niño Jesús. Como se ve, el tema se vincula a una historia que poco y nada tiene que ver con el humor.
Cuenta la historia que los Reyes Magos de Oriente, siguiendo el peregrinar de la Estrella de Belén, buscaban en ella la señal que los condujera al lugar exacto donde nacería el nuevo rey de los judíos. El rey Herodes, que por entonces dominaba aquellas tierras, pidió a los Magosque le informaran del lugar exacto donde se había producido tal acontecimiento.
El temor de Herodes era que alguien pudiera suplirle en su poder y lejos estaba de imaginar que, en realidad, se trataba del nacimiento del personaje que cambiaría la historia de la Humanidad.
Siempre según la leyenda, los Magos recibieron un aviso de Dios para no regresar a Jerusalén y evitar informar del lugar donde se encontraba el Niño Jesús. Herodes, enfurecido y viéndose perdido, ordenó a sus soldados la matanza de todos los niños menores de dos años que hubieran nacido en la ciudad de Belén y sus alrededores. Para la Iglesia Católica aquellos recién nacidos fueron los primeros mártires que dieron la vida por Jesús.
Sin embargo, el origen de la broma relacionada con este día es incierto, y no sabe cuando la conmemoración dejó de celebrarse relacionada con la matanza que hizo Herodes en Belén, para transformarse en una fecha para bromear con los conocidos. Cuentan las viejas historias que -pese a la muerte de los pequeños- Herodes no logró su cometido, ya que Jesús salvó su vida, porqué un ángel se le apareció a José y le dijo que huyera con su hijo. De allí que, contra lo que pueda suponerse, hacer bromas los 28 de diciembre no es una herejía, sino una forma de recordar que Herodes fue, en definitiva, el primer burlado, ya que Jesús logró salvarse de su orden.
Otras versiones aseguran que se vincula a la burla que los Reyes Magos hicieron al malvado Herodes y a la habilidad de María y José para desaparecer de Belén, protegiendo a Jesús y evitando su temprana muerte.
Pero en realidad todo parece remontarse a la Edad Media, cuando, entre Navidad y Año Nuevo, se celebraba el ‘Día de los locos’, fiesta pagana en la que el ‘todo vale’ era la consigna. Se dice que las fiestas eran tan escandalosas que la Iglesia decretó la conmemoración de la matanza de los niños después del nacimiento de Jesús, con el objetivo de aplacar las excentricidades de este rito pagano. Con el tiempo, lo pagano se unió a lo religioso y el 28 quedó sellado como el día para gastar bromas a todo inocente que se precie de tal.
Aunque la tradición va quedando en el olvido, es mejor prevenir que lamentar, a fin de no caer en manos de alguien que está con ganas de hacer bromas y que primero nos ilusione con alguna buena noticia y luego nos diga con gesto pícaro: “que la inocencia te valga”.