“Para pruebas de amor se creó la distancia” aseguró el futuro padre. Admitió que lo que ambos ganaban en su país sólo les alcanzaba para comer una semana.
La historia comenzó en Caracas, pero Fabiola Navarro, de 24 años, y su familia -en plena crisis del país – decidieron buscar un nuevo destino. Sus padres vendieron todo lo que tenían y así lograron comprar pasajes en micro con destino a Argentina. Cuando llegaron, se instalaron en Bella Vista, donde el único deseo de la mujer era reencontrarse con su novio, Reinaldo Perger.
“Los dos teníamos trabajo, pero las cosas empezaron a andar peor”, recordó. Esas dificultades fueron las únicas que lograron separarlos. “Lo que ganábamos alcanzaba para comer una semana, siempre y cuando comiéramos puros vegetales, nada de carne”, dijo.
La nueva vida de Fabiela comenzó en el conurbano bonaerense, donde empezó a sentir algunos malestares. Pensó que estaba enferma, pero los médicos le confirmaron que, en realidad, estaba embarazada. “No lo podía creer. Cuando le conté a Reinaldo se puso como loco. Quería venir y estar conmigo, pero era imposible reunir el dinero para el pasaje”, relató.
Cinco meses pasaron hasta que el joven se decidió. “Me voy para allá, no puedo más”, le dijo, por lo que decidió hacer 8.000 kilómetros a pie. Entonces, comenzó la odisea. Con lo puesto emprendió el largo peregrinar, haciendo dedo, avanzando como podía, con los pies hinchados y quemado por el sol.
Pese a todo, abandonar nunca estuvo en sus planes. Así pasaron los días. Casi dos meses de andar, hasta que el viernes pasado pudo comunicarse desde Salta. Fabiola ya tiene siete meses de embarazo de un varón y sueña con que su amor llegue para el gran momento de sus vidas.
“Es desesperante, pero le pido a Dios que pueda. No imagino luchar tanto para no poder llegar a tiempo al parto”, dijo. El pasado lunes cumplieron dos años de novios y entonces, ella decidió compartir sus sentimientos con una foto en las redes sociales: “Para pruebas de amor se creó la distancia. Te amo vida mía. Pronto juntos”.