Si eres de las que dijo que era una locura vivir sin sexo y ahora llevas más de un año sin nada de nada presta atención. La realidad es que es como una droga, poco a poco bajas la dosis hasta que ya no se vuelve indispensable. Pero, ¿la vagina sufre alguna consecuencia? Ya conocemos los beneficios de las relaciones sexuales, ¿qué pasa cuando ya no las tienes?
Es probable que desde entonces te sea más difícil conciliar el sueño o sientas que ya no puedes con el estrés. Pues, durante el acto sexual liberamos hormonas que reducen la cantidad de cortisol (hormona del estrés) y, además aumenta la vasopresina, que ayuda a sentirte más relajada.
Son muchos los mitos de lo que sucede con la vagina al dejar de tener sexo. Por ello, Christine Greves, MD, ginecóloga nos aclara:
Es muy común que las mujeres sientan que el orificio se cierra e incluso que puede aparecer un nuevo himen. La experta explica que eso es imposible. Pues aunque no tengas actividad sexual el cuerpo produce progesterona y estrógeno que ayuda a mantener la vagina abierta y flexible. Es una manera natural de mantenerla lubricada.
La única manera en que la vagina disminuya de tamaño, es después de la menopausia.
La vagina tiende a estar húmeda sin necesidad de entrar en un estado de excitación. Sin embargo, la ausencia de sexo sí puede ponerla en un estado de sequedad. Aunque, no es problema grave sí es bastante incómodo. En este caso, la experta recomienda recurrir a la masturbación, pues ayuda a mantener la zona en buen estado.
Durar un largo tiempo en abstinencia sí reduce el libido. ¿La razón? Al no hacerlo de manera regular, el cuerpo deja de sentirse sexual, pero esto es temporal. Una vez que vuelvas al juego, el deseo vuelve.
Por ello, es muy importante que durante el acto sexual no se dejen de lado los besos, caricias y jugueteos en la vagina. Pues, permite que los tejidos vaginales se relajen y lubriquen.
Fuente: Soy Carmin