Pesa 700 libras, pero para Casey King, un hombre de Georgia de 34 años, eso no importa porque por su cabeza sólo cruza una idea: “Voy a comer hasta que muera”.
Casey padece obesidad morbida y desde que el problema se agravó está al cuidado de su padre. Sus días los pasa deambulando desnudo por la casa y frente a un televisor perfeccionando su técnica para los videojuegos.
“Un día normal para mí es despertarme alrededor de las 12, averiguar algo que voy a comer de inmediato, [y luego] TV, videojuegos, cama. No es mucha actividad”, relató en una entrevista para la cadena TLC a la que narró las limitaciones que debe enfrentar por su peso, una de ellas es no poderse asear en un lugar cerrado sino que tiene que hacerlo al aire libre “como un cerdo”.
Tiene que bañarse en una gran tina de metal en el patio de su casa, para limpiarse la espalda, los pies y para hacer sus necesidades fisiológicas depende de la ayuda de su padre, pues por su peso le es imposible alcanzar algunas partes de su cuerpo.
Como está desempleado, su rutina generalmente empieza a mediodía cuando despierta, come y luego pasa el resto del día viendo televisión, jugando videojuegos y consumiendo alimentos chatarra.
“Me tengo que sentar desnudo en mi habitación con la puerta cerrada porque la ropa que existe de mi talla no es fácil de conseguir”, dijo a la cadena.
“Hace calor en Georgia, y toda mi ropa es apretada y restringida, así que me siento desnudo, libre y nadie me molesta: la puerta está cerrada, estamos bien”, aseguró.
La comunidad virtual de sus videojuegos se ha convertido en el espacio que le permite escapar de su vida cotidiana porque nadie se da cuenta de los problemas que enfrenta y lo aceptan como es.
“Me aceptan en todos esos mundos de realidad virtual y en el mundo del juego en el que estoy, nadie me ve y estoy a salvo”, dijo. “Nadie me ve. Ese es mi exterior. Ese es el mundo en el que puedo ser el Casey que quiero ser y no ser juzgado por mi peso… mi vida no ha sido como yo creía”.
Según Casey, siempre fue un “niño grande” y pesaba alrededor de 300 libras al final de la escuela secundaria. Después de graduarse, comenzó a trabajar en un par de restaurantes y frecuentemente comía en ellos.
“Probablemente tenía alrededor de 500 libras, y me estaba resultando muy difícil trabajar, así que renuncié a mi trabajo”, recordó. “Mi mamá dijo: ‘si quieres vivir en esta casa, tienes que tener un trabajo’, así que ella me echó”. El único lugar que me quedaba para ir era el de mi padre, así que fui allí.
El peso de Casey continuó fuera de control cuando se mudó con su padre, quien para complacerlo le ofreció sus alimentos favoritos.
“Básicamente, la única cosa que sabía que me hacía feliz era la comida, así que comimos como reyes, pero, de la peor manera, pizzas, pollo, comida japonesa, comida para llevar”, dijo.
Aunque Casey y su padre son cercanos, Danny admitió que cuidar de su hijo adulto podría ser frustrante para él.
“Se vuelve viejo, y me canso de eso. Debería ser más activo, pero no lo es. Él solo está allí”, expresó.
Casey admitió que últimamente existe mucha “negatividad” entre ellos, por lo que no sabe qué pasará.