Unos 250 metros de costa, linderos al Acuario del Río Paraná, pasarán otro verano cerrados al público. En el predio que el municipio cedió al Sindicato de Empleados Municipales sólo funciona una guardería de kayaks, el resto quedó reducido a montañas de tierra y escombros, pastos altos y desperdicios.
Para los amantes del río, el lugar podría ser una de las mejores playas de la ciudad. Sin embargo lleva tres años de abandono, desde la última gran crecida del Paraná.
El predio ocupa las 4,5 hectáreas que se extienden desde el complejo de piletas del parque Alem hasta la ribera. El municipio le otorgó el terreno al sindicato local por primera vez en 1970 y su uso se fue renovando en varias oportunidades.
La última fue en octubre de 2017, cuando el Concejo le extendió por otros 25 años la concesión del predio. Por entonces se anunció un proyecto para recuperar la playa para el uso público. Sin embargo, un año y medio después apenas se puede ver a algunos albañiles en el edificio que pertenecía a la proveeduría del camping.