Un estudio liderado por científicos norteamericanos demostró que una proteína sería la causante de las malformaciones en el cerebro
Una proteína del virus del zika que sería responsable de las malformaciones en el cerebro de los recién nacidos fue descubierta recientemente por un equipo de investigadores liderado por científicos de Estados Unidos y del que también forma parte la doctora argentina Andrea Gamarnik, de la Fundación Instituto Leloir (FIL).
“Nuestros hallazgos aportan una posible explicación a las malformaciones congénitas causadas por este virus en bebés”, afirmó a la agencia de noticias Télam Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora del Conicet.
En el estudio, que se publicó a mediados de diciembre en la revista Cells, los investigadores elaboraron un minucioso mapa de las interacciones entre las proteínas del virus del zika, células humanas y mosquitos.
Comprobaron que una proteína del virus, denominada “NS4A” y cuyo papel es participar de la replicación del genoma viral en las células que infecta, “interactúa de manera íntima con la proteína Ankle2, presente en humanos y mosquitos y que cumple un papel muy importante en el desarrollo cerebral”.
“Empezamos a trabajar en esto en 2010 con el dengue, cuando todavía no teníamos idea de que existía el zika. Queríamos entender cómo el virus usaba las células para replicarse”, recordó en diálogo con la agencia Gamarnik.
“Al parecer, la proteína del virus de zika inhibe la función de Ankle2, y ese mecanismo podría estar relacionado con el desarrollo de la microcefalia. Es un resultado altamente relevante, debido a que hay estudios previos que vinculan una mutación en el gen Ankle2 con cuadros de microcefalia hereditaria y defectos en el desarrollo del cerebro en humanos”, destacó.
Para confirmar esa información, los autores del estudio realizaron experimentos adicionales, empleando un modelo de moscas para demostrar que la proteína NS4A del virus de zika altera la proteína Ankle 2 y causa microcefalia en las moscas.
“La información que surge de estudios realizados en esos insectos es muy importante para comprender lo que ocurre en patologías humanas: el 75% de los genes asociados con enfermedades genéticas o cáncer tienen su contraparte en el genoma de esa mosca, cuya analogía con humanos es muy útil”, explicó Gamarnik, quien fue galardonada en 2016 con el Premio internacional L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”.
Y continuó: “Se trata de una posible causa de la microcefalia por zika, aunque no sabemos si hay sólo una o se trata de un cuadro multifactorial”.
“De todos modos, nuestro trabajo aporta una enorme cantidad de información que puede ser aplicada para el desarrollo de antivirales contra el zika y también para entender las bases moleculares de las patologías que causa”, enfatizó la científica.