Hablaron sobre el avance de los acuerdos y se mostraron confiados en fortalecer el vínculo entre los países.
Antes de esta gira, lo que más entusiasmaba al Gobierno en relación a Jair Bolsonaro era el impacto de la recuperación económica de Brasil para ayudar a reactivar la propia. Tras la visita, la Casa Rosada ratificó su ilusión original y abandonó el mayor temor que arrastraba antes de que Mauricio Macri y su par brasileño se conocieran personalmente: que el principal socio comercial de la Argentina hiriera de muerte al Mercosur.
El pavor oficial tenía una razón atendible. Paulo Guedes, el superministro de Economía de Bolsonaro, había dicho que el Mercosur no sería una prioridad para Brasil. Sus disculpas posteriores no alcanzaron para tranquilizar a los argentinos.
Una jornada en Brasilia, reuniones ministeriales, la que mantuvieron a solas ambos presidentes en el Palacio de Planalto y un almuerzo en Itamaraty sirvieron para despejar los temores.
Macri no tuvo dudas cuando Clarín le preguntó si la llegada de Bolsonaro abriría un nuevo capítulo en la relación bilateral. “Esta relación acelerará los acuerdos en el Mercosur y fundamentalmente el vínculo entre los dos países”, sostuvo el mandatario antes de emprender el regreso.
Durante la declaración conjunta en la sede del Ejecutivo brasileño, el líder brasileño subrayó la “importancia” del bloque regional, aunque advirtió que debe cambiar. “Coincidimos en la necesidad de perfeccionar el Mercosur, cambiando la agenda de trabajo, valorizando la propuesta inicial de una apertura comercial”, sentenció. Bolsonaro pidió por una alianza más compacta y reclamó la necesidad de concluir con “las negociaciones más promisorias”.
Macri mencionó explícitamente la más relevante: el demorado Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (UE), que el bloque negocia hace 20 años y el del EFTA con Canadá.
En el Gobierno hay tranquilidad, porque la Argentina ejerce la presidencia Pro Tempore del bloque y lo sucederá Brasil, que tiene una visión similar.
El Ejecutivo apuesta a “modernizar” la sociedad que también integran Uruguay y Paraguay. “El Mercosur es un espacio terriblemente cerrado solamente vinculado con el 10% del PBI mundial. Si cerramos las negociaciones pendiente llegaríamos al 25%”, argumentó el canciller Jorge Faurie.
El bloque impulsará la baja del arancel externo común para lograr mayor competitividad, aunque no se habló de porcentajes.
Un alto funcionario brasileño que participó de las reuniones explicó que Brasil se regirá con el Mercosur para entablar cualquier negociación que incluya aranceles. Si no es el caso, avanzará en acuerdos bilaterales, como el que cerró con Chile en octubre.
Los dos ministros del área económica que acompañaron a Macri, Dante Sica (Producción) y Nicolás Dujovne (Hacienda), mantuvieron reuniones con Guedes y la ministra de Agricultura Tereza Correa de Costas y avanzaron en acuerdos de integración comercial y energética.
“Ellos apuestan a la victoria de Macri y van a ayudar a la economía con algo clave para consolidar el bloque regional”, explicó un ministro.
Durante el brindis en almuerzo en la cancillería brasileña, Macri equiparó el triunfo de Cambiemos en 2015 con el de Bolsonaro. “A usted y a mí, nuestros pueblos nos eligieron porque querían un cambio de verdad”, sostuvo.
Cerca del Presidente señalaron que congenió más con el actual presidente que con su antecesor Michel Temer, con quien lo unía una visión económica similar. “Siente que avanzará más rápido en los temas pendientes con Bolsonaro que con cualquier otro”, dijeron.
Bolsonaro en 2015 -cuando ni el más optimista de sus seguidores lo imaginaba en la presidencia- felicitó en Twitter a Macri por derrotar a “Dilma Kirchner”. El mandatario argentino evocó en Planalto kircherismo y el PT -sin nombrarlos- al referirse al camino equivocado que habían elegido ambos países al abrazar el proteccionismo. Ahora ambos pretenden abrir el bloque.