Los cadáveres de Pyrhia Sarusi y Lily Pereg fueron hallados enterrados en la casa del hijo de una de ellas en Mendoza. El hombre está detenido e imputado.
Los primeros resultados de las autopsias practicadas en las últimas horas indicaron que a una de las hermanas israelíes fue asesinada a tiros y que la otra, si bien presentaba golpes, aún no pudo determinarse cómo la mataron.
Pyrhia Sarusi y Lily Pereg fueron halladas muertas este sábado en la localidad de Guaymallén, Mendoza, luego de estar desaparecidas durante dos semanas. De acuerdo con fuentes judiciales, los primeros resultados tampoco permitieron identificar a qué mujer corresponde cada cuerpo. Así habrá que realizar estudios de ADN para lograrlo.
Sin embargo, los forenses establecieron que “uno de los cuerpos presenta como causa de muerte impactos de arma de fuego (tres disparos)”, mientras que “el otro no ha recibido impactos de bala sino que presenta lesiones de arrastre y lesiones causadas por maniobras de defensa” y “también presenta golpes en distintas partes”.
También detectaron que como lesiones post mortem “a ambos cuerpos se les ha incrustado hierros en distintas partes, con heridas de egreso en algunos casos”.
Los cadáveres fueron hallados durante la tarde por personal de Policía Científica, estaban enterrados en los fondos de una casa en la calle Roca al 6000, de Guaymallén, donde vive Gil Pereg, hijo de Sarusi.
El sospechoso había sido detenido el viernes pasado luego de que se corroborara el ADN positivo de muestras de sangre halladas en una remera y una bolsa de cemento, durante el allanamiento de la semana pasada en su domicilio.
Antes de encontrar a los cadáveres, la fiscal Claudia Ríos imputó al hombre por el “homicidio agravado por el vínculo” de su madre y del “homicidio simple” de su tía.
La propia fiscal contó que los cadáveres estaban tapados con tierra y piedras a una profundidad de entre 1,5 y 1,8 metros.
El procurador general de Justicia mendocino, Alejandro Gulle, detalló que ambas mujeres estaban con la vestimenta similar a la que tenían al momento de su desaparición y con sus pasaportes correspondientes. También reveló que el doble crimen se trató de “un problema de índole familiar”.
Por su parte, Gil amenazó con suicidarse cuando le notificaron de la acusación en su contra, tras lo cual, quedó alojado en la cárcel local a la espera de que se resuelva su situación procesal.