El calor no da tregua en toda la región. El Ministerio de Salud de la Provincia brindó algunas precauciones a tener en cuenta.
Santa Fe, arde. En el día de ayer, la sensación térmica trepó a 50º (con una temperatura de 36º y una humedad relativa del 99º) y este martes, antes de las 10, ya había superado los 40º, con el termómetro en 33º, según los datos del Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de la Fich/UNL.
El pronóstico del tiempo indica que las altas temperaturas recién finalizarán con las lluvias previstas del día miércoles. El cambio se verá recién el jueves, con una temperatura máxima que no alcanzará los 30°C.
La inestabilidad se acentuará a partir del miércoles; y para el jueves y viernes se pronostican tormentas en la región central del país. El escenario preocupa porque los ríos están altos y en las zonas más bajas de la ciudad puede haber dificultades si los acumulados pluviales son significativos.
Recomendaciones a tener en cuenta
Cuando se registran temperaturas intensas, el Ministerio de Salud de Santa Fe recomienda tomar medidas para evitar el riesgo de un golpe de calor, que se da cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, se eleva rápidamente y el organismo pierde la capacidad de enfriarse.
Existen grupos de riesgo más propensos a sufrir golpes de calor, entre los que se encuentran los adultos mayores, los niños y quienes trabajan o hacen ejercicios en ambientes calurosos. Las señales varían, pero pueden incluir una temperatura corporal extremadamente elevada, superior a 39 grados; piel enrojecida, caliente y seca; pulso rápido y fuerte; dolor de cabeza palpitante; mareos; náuseas; confusión; y pérdida del conocimiento.
Si se observan algunos de los síntomas mencionados, puede que se trate de una emergencia y por lo tanto se debe solicitar asistencia médica lo antes posible y asistir a la víctima tratando de enfriarla.
Se debe llevar a la persona a un área sombreada y bajar su temperatura rápidamente utilizando cualquiera de estos métodos: sumergirla en agua fría rociarla con ella, aplicarle compresas de agua fría o si la humedad es baja, envolver a la víctima en una sábana mojada y abanicar vigorosamente.
Para prevenir el golpe de calor es necesario ofrecer frecuentemente a los niños líquidos (agua o jugos naturales) y a los lactantes, el pecho; no consumir bebidas muy azucaradas o muy frías, ni comidas calientes y pesadas; incorporar mayor cantidad de sal que lo habitual; bañar o mojar a los chicos con frecuencia; evitar los juegos o actividades físicas; seleccionar lugares frescos y ventilados para estar; y vestirlos con ropa amplia, liviana, de algodón y de color claro.
Respecto de los jóvenes y adolescentes, se recomienda no tomar bebidas alcohólicas, evitar esfuerzos físicos intensos, seleccionar lugares frescos para descansar, y sentarse o recostarse cuando sientan mareos.
En cuanto a los ancianos, deben descansar en lugares frescos y ventilados, usar prendas livianas y tomar líquidos aunque no manifiesten sed.