Nombrado en el cargo por Jair Bolsonaro, Ricardo Vélez Rodríguez busca cambiar los puntos de la reforma de la enseñanza media aprobados por Temer
El Ministro de Educación de Brasil, Ricardo Vélez Rodríguez, que fue nombrado en el cargo por Jair Bolsonaro, aseguró: “La idea de universidad para todos no existe”.
Y no se quedó ahí: “Las universidades deben quedar reservadas para una elite intelectual, que no es la misma elite económica del país”.
De esta manera, plantea cambiar los puntos de la reforma de la enseñanza media aprobada durante el mandato de Michel Temer. Aunque mantendría la enseñanza técnica por insertar a los jóvenes más rápidamente en el mercado de trabajo.
En una entrevista, el funcionario afirmó que para él “la idea de universidad para todos no existe”, y que no tiene sentido que un abogado estudie seis años para ser conductor de Uber: “Nada contra el Uber, pero ese ciudadano podría haber evitado perder seis años estudiando legislación”.
Y asegura que el “retorno financiero” de los cursos técnicos es mayor y más inmediato que el de la graduación, lo que podría a disminuir la demanda de la enseñanza superior en Brasil.
Con estas medidas, busca implementar un modelo educativo similar al de países como Alemania. Remarcó que si bien asegura que no están estudiando el cobro de una cuota en las universidades públicas, necesitan reequilibrar sus presupuestos. Además, defiende la reducción del Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIES) iniciada por Temer.
Las metas que se plantea el Ministro están alineadas con el lema del presidente brasileño: “Menos Brasilia, más Brasil”. En esa línea, la acción central del nuevo gobierno será un “giro brusco” del Ministerio de Educación para atender a los municipios con apoyo financiero y técnico. “La gente llegó a la escuela, es hora de que la escuela llegue a la gente”, afirma.
También critica la ideología de género en las escuelas, que según él, enseñan “a niño a besar niño y niña a besar niña”, aunque asegura que solo tocará el tema si la sociedad lo solicita.
Vélez también es entusiasta de las escuelas cívico-militares, un proyecto que, en su evaluación, es viable económicamente. Sin detallar cómo se llevará a cabo, el ministro dice que las escuelas que deseen adherirse mantendrán sus modelos pedagógicos, ya que la diferencia vendrá con el modelo de gestión traído por militares.
En ese sentido, afirma que hay ejemplos que muestran que basta “media docena” de militares para que los traficantes dejen de seducir a los jóvenes.