El año pasado cerraron 60 locales y en lo que va de 2019 ya bajaron las persianas otros 12 negocios. El miércoles se sumó uno más.
La crisis golpea fuerte a los panaderos. En lo que va del año ya cerraron 12 locales y en 2018 fueron 60 los que bajaron sus persianas. El aumento de los insumos, sumado al incremento de los impuestos y servicios, junto con la merma en el consumo están poniendo a prueba al sector. Según la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario, el rubro atraviesa la peor crisis de la historia.
“Lamentablemente el sector sigue en caída desde enero del año pasado, y mes a mes se nota que está un poco más abajo”, expresó el titular de la entidad, Gerardo Di Cosco.
“El año pasado registramos una baja en las ventas de entre el 35 y 40 por ciento dependiendo del producto y eso no se pudo recuperar”, agregó.
Comentó que hay panaderías que dejaron de producir confituras, porque la demanda de masas secas, postres y otras especialidades bajó en un 50 por ciento. “Hay quienes ya no pueden ofrecerlas”, reconoció. A esto hay que sumarle que en verano siempre bajan las ventas en estos negocios.
Y para este año no se avizoran cambios ni mejoras. “Se está hablando de organizar una movilización general de panaderos en Capital Federal para que se conozca lo que nos está pasando”, dijo Di Cosco.
Según las estimaciones de la asociación, en cada panadería trabajan entre cuatro y cinco personas. Esto significa que unas 400 habrían perdido su empleo.
La peor de la historia
El precio del kilo de pan se fue a las nubes, pero los panaderos están cobrándolo menos de lo que deberían para contener la crisis y retener a los clientes. “En las panaderías el kilo de pan se vende entre 55 y 65 pesos, pero debería rondar los 80 pesos”, destacó el panadero.
Los panaderos están soportando un aumento de la harina del 270 por ciento, además de otros incrementos. “Esta es la peor crisis de la historia del sector”, disparó el industrial.
“Yo pasé la crisis de 2001 y la de Martínez de Hoz y nunca estuvimos tan mal, contó. En 2001 no aumentaba la materia prima como está sucediendo ahora, ni los servicios. Lo que sí pasaba era que faltaba trabajo, pero los que conservaban su empleo podían seguir consumiendo, entonces no había una caída tan grande de las ventas como está sucediendo ahora” reconoció Di Cosco. “Además, esa crisis duró poco”, agregó.
Para seguir en pie, muchos panaderos están utilizando los ahorros que habían guardado para capear la situación.
“Muchos están reduciendo las horas a sus empleados, recortando todo lo que sean horas extras y después intentando financiar el pago de los impuestos”, explicó el panadero, que también tiene su local y vive en carne propia la situación.
Otros también se financian con los proveedores a la vez que buscan planes de pago para afrontar las facturas de luz y gas, porque se les hace imposible pagarlas en fecha.
“Mientras no cambie la política económica que es insensible a las pymes, la situación no va a mejorar”, sentenció Di Cosco.
En todo el país
El miércoles cerró una panadería más en Rondeau al 2800 y dejó a 13 personas sin trabajo (ver aparte), pero esta situación no es exclusiva de la ciudad sino que se replica en todo el país.
En el último año y lo que va de 2019, cerca de mil panaderías bajaron las persianas en la Argentina. Al igual que en Rosario, la suba de tarifas y la baja en las ventas son algunas de las razones que explican la difícil realidad de la industria.
Desde la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (Faipa) ya habían advertido que deberán dejar de pagar impuestos y subir el precio de la mercadería, lo que implica trasladar el precio a los consumidores si la situación no mejora.