Las presiones y el estrés de fin de año, sumado a los objetivos inconclusos o los planes sin completar generan un mal clima que envuelve el lugar de trabajo y llena de tensión la relación con los demás. En esta nota, algunas herramientas para renovar el aire y empezar el año con la mejor onda.
Las relaciones humanas tienen sus altibajos y si hablamos del ámbito laboral, estos suelen ser mucho más pronunciados. Por lo general, cuando termina la época de vacaciones, todos vuelven con la mejor energía, renovados y dispuestos a trabajar en equipo pero… ¿cómo hacer para sostener la actitud positiva cuando nos instalemos nuevamente en la rutina?
La negatividad se contagia rápidamente y hasta hay quienes la adoptan como forma de vida. Por este motivo, es fundamental saber detectarla para poder revertirla.
– Si detectás a una persona mala onda, negativa o que siempre está viendo el vaso vacío, lo mejor es evitarla. Si no podés porque es alguien que comparte tu mismo espacio o que interactúa con vos, hay que poner en marcha el plan evasión. Es decir, cuando empieza a quejarse o a contar algo que te angustia, cambiar de tema.
– Evitar discusiones. No importa cuánta razón tengas, ni qué tipo de seguridad poseas en torno a un asunto, lo mejor es escuchar al ‘conflictivo’ como para hacerlo partícipe de la situación pero no acotar nada más allá de eso.
– Sé cauto a la hora de contar tus logros (personales o profesionales) así como los planes que te entusiasman. Las personas negativas suelen trasportar sus dudas, temores e inseguridades al interlocutor por lo que probablemente eso que te pone tan feliz, termine llenándote de angustia.
– No engancharse. La crítica, el chisme, los rumores son tentadores. Especialmente cuando derivan de situaciones injustas. Es por eso que cuando estás en una circunstancia en la cual surgen quejas o críticas hacia un tercero ausente, lo mejor es apartarse o guardar silencio para evitar entrar en un círculo negro que termina restándonos energía.
– Si trabajás en un entorno que por momentos se vuelve hostil, intentá conectarte con tus experiencias más nobles. Pensá en tu pareja, tus amigos, tu familia, mascotas, actividades y otras circunstancias que te den felicidad. Escuchá alguna canción o salí a almorzar en soledad para desconectarte un rato.
– Tené a mano algún perfume de ambiente o aromatizador con fragancias que te gusten. Está comprobado que los aromas que nos gustan colaboran con la relajación y nos llevan a un estado de felicidad.
Fuente: Saber vivir