El trabajo en blanco cayó 1,5% en el año. En los asalariados privados se registró una baja de 2,1% y para los monotributistas de 0,5%. Aumentó el empleo en casas particulares.
Por la recesión que se acentuó en los últimos meses, en 2018, el número de trabajadores ocupados registrados se redujo en 191.300 personas. De 12.387.200 ocupados en diciembre de 2017 bajó a 12.195.900 en diciembre del año pasado, de acuerdo a los datos del Ministerio de la Producción y Trabajo.
Al dar a conocer estas cifras, la nueva secretaria de Transformación Productiva, Paula Szenkman, señaló que “cerramos el año con el agro y las economías regionales creando empleo. Estamos saliendo de esta situación y a medida que la actividad económica comience a reactivarse lo vamos a ver en el resto de las ramas”. Y agregó: “2018 fue un año complejo, pero ahora tenemos un escenario más despejado en el terreno financiero, con una macro estable que permitirá alcanzar un crecimiento sólido a largo plazo”.
Sin embargo, la EIL señala que “las expectativas empresarias netas para los siguientes tres meses arrojaron un valor negativo de 2,3%”, según el informe. Eso se explica porque son más las empresas que prevén desvincular más personal que incorporar nuevos trabajadores.
Por actividad,las mayores caídas en enero se registraron en la construcción (-6,4%), en la industria (4%) y comercio, restaurantes y hoteles (-3,5%) y entre las empresas que emplean a menos de 49 empleados (-2,8%). Y fue más intensa en Capital y GBA que en el interior, pero con algunas provincias con retrocesos altos, como Córdoba (-4%), Resistencia-Chaco (-4,1%) y Paraná-Entre Rios (-3,8%).
A su vez, en promedio, los salarios de los asalariados privados tuvieron un alza interanual de 34% frente a una inflación de 47,6%. En consecuencia, el poder de compra de los salarios se deterioró 9,2%. Pero la mitad de esos asalariados formales tuvieron un deterioro real mayor de 10%.
La caída de la ocupación formal fue generalizada. La única excepción fue la de los trabajadores de casas particulares que aumentaron en un año en 20.600 personas, lo que se atribuye, más que a nuevos empleos, a una regularización de trabajadores que no estaban registrados.
La mayor caída interanual corresponde a los asalariados del sector privado registrados, con 130.800 ocupados menos, de los cuales el grueso son de la industria (-61.000), el comercio (-36.300) y la construcción (-13.600). Hay leves incrementos en enseñanza (+4.400), minería (+4.400) y agricultura y ganadería (+2.100).
En total sumaron en diciembre de 2018 un total de 6.166.100 asalariados privados en relación de dependencia. Hay que remontarse a diciembre de 2014 para encontrar un número similar (6.169.000), lo que marca el nivel de retroceso del empleo más estable.
Entre el sector público (Nación y Provincias) la reducción del empleo fue bien menor: 7.600 menos. La información oficial no desagrega por sectores o provincias.
Entre los monotributistas, monotributistas sociales y autónomos la baja sumó 73.600 personas ocupadas menos.
Por regiones, el empleo asalariado registrado aumentó en Neuquén (7.000 ) y Jujuy (1.600). Retrocedió en de Buenos Aires (51.700 ) y en la CABA (29.100), en Córdoba (13.100), Santa Fe (9.400), en Chaco (5.000), entre otros.
Todos estos datos incluyen los empleos registrados, con aportes a la Seguridad Social. Se descuenta que por la mayor precariedad, el deterioro del empleo fue superior entre los que no están registrados que suman unos 7.000.000, entre asalariados y trabajadores por cuenta propia.
Ahora se descuenta que la próxima medición de empleo y desempleo del INDEC, del cuarto trimestre de 2018, debería marcar un incremento de la tasa de desocupación.
En relación a las recesiones anteriores, la tasa de pérdida de empleo durante el año pasado hasta diciembre es superior a la de 2016, 2014 y 2012. Y apunta ser de mayor duración para los próximos meses.