La cantidad de personas que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos a través de la frontera con México registró un récord en febrero, a pesar de los esfuerzos de la administración Trump por detener la inmigración ilegal, anunció el martes la policía de fronteras.
En total, 76.103 personas fueron detenidas después de llegar a Estados Unidos provenientes de México, un récord mensual desde octubre de 2013, según cifras publicadas por la oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
De estos, la CBP registró más de 36.000 “unidades familiares“, es decir, miembros de la misma familia, y alrededor de 6.800 menores no acompañados que se han entregado a las autoridades para presentar una solicitud de asilo.
Estos dos grupos representan el 60% del total de arrestos en la frontera. La mayoría de las personas provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Un total de 318.000 inmigrantes ilegales han sido detenidos en la frontera desde el inicio del año fiscal, en octubre de 2018, en comparación con los 186.000 en el mismo período del año pasado.
“Actualmente enfrentamos una crisis humanitaria y de seguridad nacional en nuestra frontera suroeste“, dijo el jefe de la CBP, Kevin McAleenan, en un comunicado.
Trump declaró en febrero la “emergencia nacional” para la construcción de un gigantesco muro a lo largo de la frontera con México. Este procedimiento excepcional le permite omitir al Congreso aprovechando el presupuesto de la Defensa para financiar esta barrera física, con lo cual el mandatario pretende evitar lo que califica de una “invasión” de pandillas, drogas e inmigrantes ilegales.
Después de colocar a decenas de miles de migrantes en centros de detención, el gobierno estadounidense ahora quiere obligar a los solicitantes de asilo a regresar a México, donde tienen que presentar sus solicitudes. Pero esta nueva política actualmente solo se aplica en el área de Tijuana en México, en la frontera con el estado de California.
Miles de niños migrantes reportaron abusos en centro de detención
El diario The New York Times reveló recientemente que el gobierno federal estadounidense recibió más de 4500 quejas en cuatro años respecto al abuso sexual a niños migrantes que estaban en custodia de centros de detención financiados por el estado.
Los registros de niños que ingresaron a Estados Unidos sin acompañamiento adulto o que fueron separados de sus padres en la frontera detallan las acusaciones. Según estas denuncias, el personal adulto de los centros acosó a los niños y abusó de ellos de distintas maneras, como tocarlos o besarlos, mirarlos mientras se bañaban y casos de violación. También hay casos de posible abuso sexual de los niños por parte de otros menores de edad en los centros.
De octubre de 2014 a julio de 2018, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), la parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos que cuida a los menores no acompañados, recibió 4556 denuncias de abuso o acoso sexual; 1303 de ellas fueron referidas al Departamento de Justicia. El reporte dice que de esos 1303 casos considerados los más serios, 178 eran acusaciones de que el personal adulto de los centros había abusado sexualmente de los niños migrantes y el resto eran acusaciones de abuso sexual de los menores por parte de otros niños.