El intruso compartió una experiencia sobre la infancia de su hija menor, y justificó su postura frente a su ex
Es sabido que la separación entre Jorge Rial y hoy su ex, Silvia D’auro no fue de lo que se dice pacífica, ni mucho menos. Claro que este fin de semana, el conductor de Intrusos dejó trascender información sobre el modo en que se relacionaban su esposa con sus hijas Morena y Rocío. Según contó el periodista, en medio de la crisis matrimonial, Rocío sorprendió a la pareja con un dibujo elaborado durante la terapia.
Primero, la entonces pequeña dibujó una isla y después un sol muy grande. “Sobre esa isla, contó Rial en su biografía, nos dibujó a su hermana Morena, a mí, y también a Paka, nuestra perra labrador. Todos estábamos cerca de la palmera”. En este relato que expuso el conductor a partir de su autobiografía Yo, el peor de todos, el lugar de Silvia resulta más que elocuente.
“Un tanto alejada, en el mar, la dibujó a Silvia, con el agua hasta el cuello”, admitió Jorge para luego sorprender con el desenlace de los hechos. “La psicóloga miró el dibujo y le preguntó: ‘¿No está demasiado adentro en el mar? Me parece que se va a ahogar’. Entonces Rocío tomó la goma y borró un poco del agua que tenía alrededor del cuello. Solo un poquito”, describió el hombre sin guardarse nada.
El cierre de la historia resulta elocuente. Hubo algo de clemencia de parte de la niña, con tal corrección. El agua se redujo “Lo suficiente para que no se ahogue. No la incluyó en la isla junto a nosotros. Ni cerca de ellas, ni cerca de mí. Ni siquiera, cerca”, cerró Rial.
A casi ocho años de la separación, el matrimonio parece historia vieja, sin embargo, las heridas hablan por si mismas.