La comedia protagonizada por Guillermo Francella y Florencia Peña se convirtió en un clásico de la televisión argentina que sigue bendecido por el rating, pero en la actualidad no se corresponde con la lucha por la igualdad de género
Una pareja protagónica consagrada y querida por el público, Guillermo Francella y Florencia Peña, dos hermanos en “la vida real” (Luisana Lopilato, figura de la escudería Cris Morena, y Darío Lopilato), y dos contrafiguras claves para el desarrollo de la trama (Érica Rivas y Marcelo De Bellis). La receta parece perfecta para cualquier guionista y programador. Casados con hijos se convirtió en tiempo récord en un clásico de la televisión argentina.
La serie no fue una idea de autores locales sino una versión de Married… with children, serie que se emitió en los Estados Unidos entre 1989 y 1999. La destreza de los guionistas argentinos consistió en adaptar el “lado b” del american way of life a estas pampas de comienzos de siglo, pero con una dosis menor de acidez que la original y una exacerbación de las virtudes y defectos que, se supone, tienen los argentinos.
Desde su estreno en la pantalla de Telefe, el 12 de abril de 2005, y con un total de 212 episodios, la comedia rápidamente se instaló entre los clásicos de la televisión local. Como sucede con Los Simpsons, se convirtió en un comodín para utilizar en cualquier momento del día y en cualquier época del año.
Catorce años después del estreno, Luisana está casada con una megaestrella de la canción internacional, Florencia Peña es jurado del Bailando mientras reina en la calle Corrientes y Francella dejó el registro de comedia para ocupar roles más oscuros. Los actores mutaron pero el rating sigue siendo una garantía. ¿Quién no dijo alguna vez “cafecitooooo”?.
Pero si se observan algunos capítulos con una nueva mirada, en el contexto actual de la televisión, y en un país pionero en poner sobre la mesa la cuestión de género, cuesta creer que actualmente pueda realizarse un producto como Casados con hijos. Y sobran ejemplos para demostrarlo.
Uno de los aspectos reprobables es la cosificación de la mujer. En el episodio Todo por la mosca, los hermanos Argento se las rebuscan para generar dinero. “Con mi mente maestra y tu hermoso culito que Dios te dio, algo vamos a conseguir”, le dice Coqui a Paola, y la postula para la grabación de un videoclip musical.