El Indec informó que la actividad económica retrocedió 2,5% en 2018. En el último cuatrimestre se contrajo 6,2%. La sequía afectó al campo y la devaluación más al sector fabril y el comercio
La actividad económica se contrajo 6,2% en el cuarto trimestre del año pasado y así cerró el 2018 con un retroceso del 2,5%, explicado fundamentalmente por la sequía que afectó al sector agropecuario y la devaluación de la moneda que afectó aún más a la industria y al comercio. Así se desprende del informe publicado ayer jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en los últimos tres meses del año, donde el PBI se contrajo 1,2% respecto al tercer trimestre.
De los datos relevados, el mayor descenso lo registró la inversión con un 25% menos, lo que la llevó a finalizar el año pasado con un derrumbe del 5,8%. Respecto al PBI, se redujo de 15% a 14,4%.
Las exportaciones no mostraron variación en 2018, aunque en el cuarto trimestre, se observó un alza del 10,4%, el más alto del año, y así se convirtió en la única variable que logró cerrar el año con un escenario más alentador.
En tanto, el consumo privado se desplomó 9,5% interanual en el cuarto trimestre y 2,4% en el promedio anual, mientras que el consumo público bajó el 5,1% y 3,3%, respectivamente.
En el caso de las importaciones comenzaron a jugar a favor, tras la devaluación, ya que se hundieron 26,1% entre octubre y diciembre y desde enero acumularon un retroceso del 5,1%.
En la medición por sector de la economía, el agropecuario ya inició su reactivación: subió 3,7% en el último trimestre y junto con la pesca, que ascendió un 14%, fueron los que lideraron las alzas de este período.
Sin embargo, al tomar el promedio del año la agricultura y la ganadería se desplomaron un 15,1% y encabezó la lista de los más perjudicados, por efecto de la sequía. El sector representó la mitad de lo que cayó la actividad en todo el 2018.
La industria manufacturera y el comercio profundizaron su recesión al marcar una desmejora del 11,9% y 13,5%, respectivamente. En este caso, fueron afectados por la devaluación y la suba de tasas que restringió el acceso al crédito para la producción y el consumo y acumularon desde enero una contracción del 4,8% y 4,5%.
Entre estos tres rubros explicaron la totalidad de lo que cayó la economía el año pasado.
La construcción, que en el último trimestre quedó un 9,5% abajo respecto al mismo período de 2017, logró cerrar el 2018 con una mejora del 1,2%.
La intermediación financiera también sintió el impacto y bajó 3,7% entre octubre y diciembre, pero por las altas tasas a las que creció hasta el tercer trimestre, avanzó 4% en el año.