En el mundo, una de cada cinco personas es alérgica y en la Argentina se estima que hay más de 8 millones de personas que las sufren.
Las manifestaciones pueden ser diversas, pero hoy en día existe una tendencia que indica un aumento de casos a la hora de hablar de alergias de piel. Cada vez más personas reaccionan fuertemente cuando algún agente externo entra en contacto con su piel.
En el mundo, una de cada cinco personas es alérgica y en la Argentina se estima que actualmente hay más de 8 millones de personas que sufren alteraciones de este tipo. Las manifestaciones pueden ser diversas, pero hoy en día existe una tendencia que indica un aumento de casos a la hora de hablar de alergias de piel.
Cada vez más personas reaccionan fuertemente cuando algún agente externo entra en contacto con su piel. Existen múltiples tipos de alergia que se manifiestan con distintos síntomas como pueden ser un simple enrojecimiento hasta la descamación de la piel. Pero, ¿qué es la alergia de piel?
La alergia es una reacción inmunitaria exagerada del organismo ante sustancias que no son habitualmente dañinas, llamadas alérgenos o antígenos, son sumamente variadas y van desde alimentos y medicamentos hasta compuestos que penetran al organismo por la nariz y bronquios (polvo, polen, hongos, etc). Al ingresar al organismo se ponen en contacto con los “anticuerpos de la alergia”, y si el paciente es efectivamente alérgico, se produce así la reacción alérgica.
El lugar del organismo en el que se produce la manifestación se denomina órgano de choque. Si dicho órgano de choque es la piel se podrían generar eczemas, erupciones cutáneas, urticaria, picazón, enrojecimiento, ampollas, dermatitis de contacto o descamación cutánea.
También es importante diferenciar que las alergias de piel se dividen en dos subgrupos: la urticaria y la dermatitis. A su vez, esta última puede clasificarse en dermatitis atópica y dermatitis de contacto. En el primer caso, la urticaria es una manifestación de la piel que se caracteriza por la presencia de manchas y áreas de inflamación rojiza, acompañadas de una intensa picazón, e incluso en ocasiones pueden producir quemazón y dolor.
Existen urticarias agudas, que normalmente son originadas por picaduras de insectos, alimentos, medicamentos o inhalación de alérgenos, y urticarias crónicas que pueden ser causadas por factores físicos (frio, calor, agua, sol), actividad física y enfermedades autoinmunes.
En tanto, la dermatitis atópica es una inflamación de la piel que se identifica por lesiones cutáneas con piel roja (eritema), descamación, vesículas, exudación, fisuras, lesiones de rascado y zonas engrosadas con persistente prurito. Y la dermatitis de contacto es una inflamación de la piel causada por el contacto directo con sustancias, tales como: plantas, niquel, látex, cosméticos, detergentes, disolventes, fragancias y otras sustancias químicas.
La protección que ofrece el sistema inmunitario
El sistema inmunitario normalmente protege al cuerpo de sustancias nocivas como las bacterias y los virus. Este sistema también reacciona ante sustancias que considera extrañas, que llamamos alérgenos.
Estos son generalmente inocuos y en la mayoría de las personas no causan problemas.
En una persona alérgica, la respuesta inmunitaria es hipersensible. Cuando el sistema inmunitario reconoce un alérgeno, libera una respuesta. Se secretan químicos que provocan síntomas de alergias.
Los alergenos comunes son: fármacos, polvo, alimento, veneno de insectos, moho, caspa de mascotas y otros animales, polen.
Como consejo, lo ideal sería contar con algún producto en el botiquín del hogar para poder tratar este tipo de alergias en un primer momento. En la actualidad existen diversos productos de venta libre, de aplicación sencilla, que son sumamente efectivos para combatir la picazón y frenar la hinchazón dérmica, hasta llegar a la consulta médica.