Marzo será recordado como el mes en que los inversores apostaron fuerte a la dolarización de carteras, en medio la alta inflación, la recesión económica y la tensión que genera un año electoral.
Estos factores, sumados a otros externos, provocaron que el dólar mayorista registrara su mayor suba en seis meses: se disparó un 10,7% ($ 4,2) en marzo y cerró a $ 43,35, pese a haber caído 28 centavos en esta última rueda.
Esta evolución fue acompañada en bancos y agencias de la city porteña, donde el billete avanzó un 10,6% ($ 4,3) a $ 44,40 tras haber retrocedido 29 centavos este viernes como respuesta a los nuevos límites fijados a las entidades financieras para las posiciones en Leliq.