Wikileaks ha tenido que responder a las acusaciones de Ecuador de que el activista usó a su felino para espiar
La detención del fundador de WikiLeaks ha generado ríos de tinta pero hay preguntas que han inquietado más que otras en las redes sociales: ¿Qué ha pasado con el gato que acompañaba desde 2016 al activista en la embajada de Ecuador en Londres? ¿Era realmente un espía?. Usuarios de todo el mundo parecían más preocupados por el destino del felino que por el del propio Assange y tal fue la expectación que hasta el abogado del activista Carlos Poveda tuvo que hacer una declaración al respecto y aclarar que el gato había dejado la embajada semanas antes.
Ayer mismo, el portal de filtraciones, distribuía un vídeo para tranquilizar a sus seguidores sobre la suerte corrida por el archifamoso gato.
“Podemos confirmar que el gato de Assange está a salvo. Julian pidió a sus abogados que lo rescataran de las amenazas de la embajada a mediados de octubre. Se reencontrarán en libertad”, reza un mensaje en su cuenta de Twitter.
¿Un gato espía?
Aclarado que se encuentra a salvo, otra incógnita sobrevuela el “caso Assange”: ¿Era su gato en realidad un espía?
El pasado viernes, el periódico Daily Mail publicó unas declaraciones exclusivas del embajador ecuatoriano en Londres, Jaime Marchan, en las que aseguraba que Assange, entre otras cosas, habría violado las normas de higiene de la sede diplomática con su mascota y podría haber escondido una cámara en el collar de su gato con fines de espionaje. “Todos allí desconfiaban del felino. El gato podía ir a todos los cuartos, sospechamos que podía llevar un dispositivo para espiarnos”, sentenció.
Estas acusaciones han puesto en pie de guerra a WikiLeaks que acusa a Ecuador de inventarse “historias surrealistas” para justificar una “vergonzosa expulsión” y ha llevado a responder al editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, a través de su cuenta personal en Twitter.
“El presidente Lenin Moreno y su pandilla están difundiendo historias demenciales sobre Assange para tapar la vergonzosa expulsión. Moreno afirma que Assange hackeó su teléfono, y el Embajador le dice a Daily Mail que podría haber entrenado al gato de la embajada para espiar. Esto es surrealista e idiota”, aseveró al respecto Hrafnsson.
El felino, apodado por los medios “el Gato de la Embajada”, se convirtió en una estrella desde que fue adquirido por Assange en 2016 y tiene sus propias cuentas en Instagram y Twitter. Ahora solo nos queda esperar el reencuentro.