A la espera del comienzo del juicio por la muerte de la conductora de Arriba Argentinos Débora Pérez Volpin, un peritaje al endoscopio que entregó el sanatorio La Trinidad de Palermo reveló irregularidades en el dispostivo. “Lo analizaron dos ingenieros de la UBA, que determinaron que no funcionaba correctamente”, dijo Diego Pirota, abogado de la familia de la periodista. Al endoscopio además le borraron el número de serie.
La conductora de Arriba Argentinos murió el 6 de febrero de 2018 en el sanatorio La Trinidad de Palermo mientras le realizaban una endoscopía, estudio que le habían ordenado hacer después de que se presentara en el sanatorio por un dolor abdominal. Por esta causa fueron procesados por homicidio culposo los médicos que intervinieron en el estudio, Diego Bialolenkier (endoscopista) y Nélida Inés Puente (anestesista), que serán juzgados a partir del próximo 10 de junio.
El abogado de la familia de Débora Pérez Volpin, Diego Pirota: “Dos ingenieros de la UBA peritaron el endoscopio y no funciona. Está adulterado adrede el número de serie del endoscopio: es un raspado burdo”.
“El estudio determinó que el endoscopio que el sanatorio entregó a la justicia no funciona correctamente en todas sus prestaciones. Pero además le borraron en forma adrede el número de serie. No hay numeración en el aparato, está raspado”, insistió.”Con esta maniobra tratarían de buscar que no se pueda saber si era el que se usaba con frecuencia”, explicó.
Que haya sido el endoscopio que entregó el sanatorio no significa que sea el que se haya usado en el estudio que derivó en la muerte de la periodista, aclaró el abogado. “Si no funcionaba correctamente entonces avalaría la teoría de que se hizo una conexión clandestina de aire a la pared, que insufló una cantidad que no es la correcta”, indicó. “Si el equipo fue este y no lo cambiaron, como sospechamos, no funciona. Y si no fue éste, ¿por qué lo sustituyeron?”, afirmó.
Pirota cuestionó que hay constantes presentaciones para dilatar el comienzo del juicio, cuyo comienzo está previsto para el próximo 10 de junio, y que Bialolienker hizo una presentación ante la Corte Suprema para que analicen el rechazo de la probation que había propuesto (realización de tareas comunitarias para evitar el proceso).
La autopsia determinó que Débora murió por “una perforación instrumental del esófago torácico, que luego le produjo un paro cardiorrespiratorio”. El juez que lleva la causa, Carlos Bruniard, cerró la instrucción el 20 de septiembre pasado y elevó el caso a juicio oral.