El estado de Alabama se une a la ofensiva, a través de su proyecto, de algunas regiones conservadoras de Estados Unidos para poner en duda el derecho al aborto.
La gobernadora republicana Kay Ellen Ivey, firmó una ley que prohíbe la interrupción del embarazo en cualquier etapa de la gestación, incluso en los casos de incesto o violación, y puede sentenciar con hasta 99 años de prisión al médico que lo practique.
Vale destacar, la única opción para no seguir adelante con el embarazo será en aquellos casos en los que la vida de la madre corra peligro. La propuesta se intentará ser la legislación más restrictiva sobre el aborto de todo el país.
El proyecto aprobado fue muy comentado por haber sido aprobada exclusivamente promovido por 25 hombres, todos ellos blancos, y pertenecientes al partido republicano. Además, no se admitió discusión: las cuatro senadoras del estado propusieron enmiendas y todas ellas fueron rechazadas, incluso el fragmento que buscaba agregar el supuesto de violación y el de incesto.