Otro festejo más, y van…

Con la misión de revertir la serie que había comenzado adversa en Curitiba, River salió decidido a buscar un triunfo contra Athletico Paranaense que le permitiera levantar la Recopa en su casa. Y lo logró con un gran segundo tiempo en el que se impuso 3-0.

Desde el inicio se vio que el Millonario asumió una postura muy diferente a la que había mostrado en el Arena da Baixada y, sobre el cuarto de hora, ya dominaba claramente las acciones.

En una ráfaga de 10 minutos, primero Ignacio Fernández remató al palo, luego Fabrizio Angileri terminó una buena jugada colectiva con un disparo muy suave y enseguida Lucas Pratto tuvo dos chances de abrir el marcador con un cabezazo débil y un remate bajo que exigió al arquero Santos.

Mientras el local apostaba a las escaladas de sus laterales por las bandas y Gonzalo Montiel se convertía en una pieza clave del ataque, los brasileños buscaban sacar provecho de su buen manejo en mitad de cancha y de la velocidad de sus hombres de punta para hacer daño de contragolpe.

A través de un desborde de Rony, como en el partido de ida, llegó la opción más clara de la visita, pero Lucho González no alcanzó a empujar la pelota. Luego de eso, el Furacão logró planchar el trámite hasta el descanso.

En el inicio del complemento, la tendencia fue la misma: el campeón de la Sudamericana agazapado y el de la Libertadores buscando, ahora con algo más de verticalidad por el ingreso de Nicolás De La Cruz por Exequiel Palacios.

Lo que no podía lograr desde el juego, el equipo de Gallardo lo consiguió con un penal. El árbitro chileno Roberto Tobar, asistido por el VAR, sancionó una mano dentro del área y Nacho Fernández se encargó de la ejecución. Tras la tapada entre Santos y el poste, el 10 riverplatense corrigió y puso el 1-0.

La entrada de Matías Suárez le sumó peligro al ataque y, tras una cesión suya, Montiel estuvo a punto de convertir entrando por el segundo palo. Pero después de eso los del Muñeco también sufrieron cuando Franco Armani le sacó un tiro bajo a Renán Lodi.

Cuando la definición se encaminaba al alargue, Suárez asistió a Pratto y el Oso, que había hecho un enorme desgaste, marcó el segundo e hizo delirar al Monumental. Enseguida, el propio Suárez anotó el tercero de contra y liquidó el pleito.

River volvió a lograr un título internacional, su entrenador se convirtió en el más ganador de la historia y Núñez se vistió una vez más de fiesta.