Grandes fondos huyen del país para refugiarse de la guerra comercial.
Las amenazas y sanciones comerciales cruzadas entre Estados Unidos y China acrecentaron los indicios de una desaceleración del crecimiento económico global. Así, los grandes fondos de inversión buscaron refugio en activos considerados “más seguros”, como el oro, que subió 1,4%, mientras vendían los “más riesgosos”. En ese marco, la tasa del bono del tesoro estadounidense a diez años bajó a 2,07%, el menor nivel desde septiembre de 2017.
Esto impactó en el riesgo país: como el indicador mide la sobretasa que debe pagar un país para endeudarse por encima de la de EE.UU., esa baja colaboró a ampliar la brecha con el rendimiento de los títulos de deuda argentina, algunos de los cuales escalan por encima del 18%. Entre ellos, el Bonar 2020 y el Bonar 2024, que ayer perdieron el 0,6% de su valor.
De esta forma, el riesgo país cerró arriba de las 1.000 unidades por primera vez desde 2014, en el momento más álgido del conflicto con los fondos buitres. Esta realidad embistió de frente contra las palabras que pronunció ayer mismo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una entrevista con El Cronista: “Argentina no tiene que reestructurar su deuda, es perfectamente solvente”.
“El contexto internacional no juega una buena pasada: la tasa americana a largo plazo bajó mucho y hay un clima enrarecido con el oro subiendo. Pero el riesgo país de Argentina es muy alto y tiene condimentos económicos y políticos locales. Y no veo que baje significativamente en el corto plazo, pese a la voluntad de pago declarada por los candidatos. Continúa el riesgo inherente a la gran cantidad de deuda que emitió el país, alrededor de u$s90.000 millones en tres años”, planteó Guido Lorenzo, director de LCG.
El temor que espanta a los inversores especulativos y castiga un esquema dependiente del financiamiento, pero ya sin acceso al crédito, es justamente que el proceso de endeudamiento del actual Gobierno derive en una reestructuración. Es que en el próximo mandato, vencerán cerca de u$s150.000 millones.
En esa línea, el economista Gustavo Ber, analizó: “Las ventas desde el exterior siguen prevaleciendo en la dinámica cotidiana. Que se profundice la debilidad de los títulos públicos es preocupante dado que detrás de los ruidos políticos -ya en un junio donde llegarán claves definiciones- están los desafíos económicos pos-10D. Entre ellos se destaca atender las necesidades financieras -en condiciones sustentables- tras agotarse los recursos del FMI”.
Este cuadro general también impactó en las acciones. El índice S&P Merval de la Bolsa porteña cayó ayer 0,5%. Las bajas fueron lideradas por Supervielle y Central Puerto, que perdieron 3,6%.