Las centrales sindicales brasileras iniciaron la primera huelga general contra el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, con el rechazo a la reforma del sistema previsional como principal reclamo.
La medida de fuerza fue convocada por la Central Única de los Trabajadores y Fuerza Sindical, las dos organizaciones más importante y tradicionalmente enfrentadas entre sí.
También respaldan la medidas las otras diez organizaciones gremiales de alcance nacional, informó la agencia de noticias ANSA.
En San Pablo, la ciudad más poblada del país, la huelga afectaba parcialmente el subte, con algunas estaciones cerradas en las primeras horas de la mañana, pero no se sentíaen los colectivos urbanos, que circulaban con normalidad.
Los sindicatos de profesores estaduales y municipales también adhirieron a la medida, a que también respaldan los bancarios del estado de Sao Paulo, el más rico de Brasil.
El Sindicato de los Metalúrgicos del gran San Pablo indicó que en el cordón industrial paulista el paro fue apoyado en algunas fábricas, entre ellas en la planta de Mercedes Benz.
Ayer, en una sesión de la comisión de la Cámara de Diputados en la que se está discutiendo el proyecto de reforma previsional, la huelga se coló en el debate.
El diputado Alexandre Frota, del oficialista Partido Social Liberal, defendió la reforma y sostuvo que el paro es impulsado por grupos “privilegiados que no quieren trabajar” y criticó que la medida haya sido convocada “justamente un viernes” para unirla al fin de semana.
Por su parte, la diputada Gleisi Hoffmann, líder del opositor Partido de los Trabajadores (PT), dijo que la reforma es cuestionada “no solo por la oposición” y se mostró confiada en que la huelga de hoy va a “parar el país”.
Esta mañana hubo bloqueo de rutas y avenidas con barricadas en San Pablo, Rio de Janeiro y Brasilia.
En Brasilia se registraron alteraciones en el transporte, con un paro total de choferes de ómnibus y con los conductores de subte manteniendo una medida de fuerza de huelga parcial que cumple hoy 40 días.
En la capital tampoco hubo clases en varias escuelas públicas ni en la Universidad de Brasilia.