La Justicia consideró que el producto medicinal que ellas hacen no es seguro cuando es testeado y controlado por la Facultad de Bioquímica de la UNR y Aupac.
La Cámara de Apelaciones de la Justicia Federal rechazó la medida cautelar que en septiembre había habilitado a seis madres de chicos y chicas con distintas enfermedades a cultivar y preparar aceite de cannabis sin temer que las llevaran presas. En un fallo dividido con dos votos en contra y uno a favor, los jueces resolvieron que el autocultivo para consumo personal está despenalizado de hecho en la Argentina por distintos dictámenes, pero no así el suministro de aceites artesanales a niños y niñas. Consideraron que el producto que ellas hacen no es seguro. Para las abogadas que acompañaron a las madres en el pedido, desconocieron que en el fallo del año pasado la jueza federal Silvia Aramberri había establecido que los aceites producidos por las madres iban a ser testeados y controlados por la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y por la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (Aupac). Además, remarcaron que la única variedad de aceite que provee el Estado no les sirve porque solo funciona para epilepsia refractaria. Las abogadas adelantaron que apelarán en la Corte Suprema.
El 4 de julio del año pasado un grupo de madres presentó un recurso de amparo colectivo en los Tribunales federales de Rosario para plantar marihuana y hacer aceite de cannabis que les dan a sus hijos e hijas sin ser perseguidas por la Justicia. Las mujeres, patrocinadas por las abogadas Jesica Pellegrini y Gabriela Durruty –concejala e integrante del partido Ciudad Futura, respectivamente– habían empezado a tratar a sus hijos con aceite de cannabis por patologías que no están en la reglamentación de la ley nacional: Síndrome de Asperger, parálisis cerebral discinética, hipoacusia, epilepsia miclónica astática, síndrome de Tourette, entre otras. Desde el primer momento estuvieron acompañadas de la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (Aupac).
El recurso de amparo tenía dos partes. Una era la medida cautelar que pedía permitir el autocultivo sin ser penadas. La otra solicitaba que el Estado nacional garantizara el acceso al aceite que necesitan y no sólo el que actualmente provee para epilepsia refractaria.
En septiembre la Justicia dio lugar al amparo colectivo. La jueza federal Silvia Aramberri ordenó que las mujeres se inscriban en el programa nacional para el estudio e investigación del uso medicinal de la planta. También exigió la Nación que coseche, haga los aceites y se los dé a las familias. Por último, definió que el Estado y las facultades de Ciencias Médicas y Bioquímicas de la UNR controlen el aceite que ellas hacen. En la causa declararon las madres, los médicos y psicólogos que tratan a los chicos y chicas, y los bioquímicos de la UNR que analizaron los aceites usados en los tratamientos. Con las pruebas Aramberri entendió que el los aceites artesanales les habían mejorado la vida. En algunos casos incluso superaba los beneficios del aceite importado, el único que circula de forma legal en Argentina. El fallo fue el cuarto en el país para garantizar el uso medicinal después de Salta, Viedma y Córdoba.
La decisión de Aramberri fue apelado en octubre por el Gobierno Nacional, como hizo con los otros que se dieron otros lugares del país. En diálogo con El Ciudadano, la abogada Jesica Pellegrini dijo que este viernes les llegó la notificación de que la Cámara de Apelaciones había fallado en contra de la medida cautelar que permitía el autocultivo. De los tres jueces de Cámara, Fernando Lorenzo Barbará se manifestó a favor de las madres mientras que Aníbal Pineda lo hizo en contra y Elida Isabel Vidal adhirió al planteo de Pineda sin presentar argumentos. “Pineda entendió que el autocultivo para consumo personal está despenalizado de hecho en Argentina por distintos fallos que ha habido en todo el país. Pero diferenció autocultivo para el consumo personal del autocultivo para suministrar a menores de edad. En línea con los fallos de Salta y Río Negro dijo que la producción artesanal no cumple con los requisitos de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)”, explicó Pellegrini.
Además, la Cámara pidió que el Estado provea el aceite Charlotte´s Web para los que tienen epilepsia refractaria. Para los que no, solicitó que las madres se inscriban Programa Nacional que los usos del cannabis medicinal e investiguen de forma inmediata si los niños y niñas pueden recibir o no el tratamiento con aceite o crema a base de cannabis del Estado.
Para la abogada Pellegrini, lo que no tuvo en cuenta la Cámara de Apelaciones es que en la jueza Aramberri había establecido que el aceite que producen las madres es controlado y testeado por la Facultad de Bioquímica y Aupac. La casa de Estudios de la UNR empezó a ofrecer el servicio de testeo a fines de 2016 y ayuda a conocer qué tipo de aceite se consume y cuál es el mejor para cada patología. “La forma de control de la UNR es la mejor y ayuda a que accedan al aceite adecuado”, explicó Pellegrini.
“No estamos de acuerdo con este fallo porque cada caso tiene su complejidad y por eso la medida de Aramberri fue la mejor. Ella escuchó a todas las partes y tomó testimonios de las madres, de la UNR y de la Defensora del Niño, Mariana Tuglione”, agregó Pellegrini. En su dictamen sobre el caso la defensora dijo que el interés de niños y niñas estaba garantizado y que el aceite artesanal con el testeo de la UNR y el seguimiento de Aupac era la mejor manera de acceder a la salud.
“La lucha va a continuar porque tenemos muchos elementos a favor. Vamos a interponer recurso extraordinario en la Justicia federal parta llegar a la Corte Suprema. La defensora Tuglione nos va a acompañar”, agregó Pellegrini.
Este año muchos fueron revocados como en Salta, General Roca y la capital de Santa Fe. Según esos fallos la ley 27.350, la reglamentación y las resoluciones definen quién puede plantar. Los distintos jueces argumentaron que hay dos caminos para llegar al aceite sin temer de la pena de prisión. Uno es ir a un médico que prescriba el aceite y lo cubra una obra social. Otro es recibirlo de forma gratuita al inscribirse en el Registro Nacional para el Estudio y la Investigación del uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus Derivados y Tratamientos No Convencionales (Recann).
El problema del acceso al cannabis es uno de los puntos débiles de la ley que habilitar el uso medicinal. Llega desde afuera y a cambio de dólares solo cuando el Estado releva que se trata de un caso de epilepsia refractaria. Por eso muchas familias presentaron amparos en el país y fueron otorgados y después revocados.
Al momento no hay producción nacional. El gobierno de Santa Fe lleva girados tres proyectos para que su laboratorio estatal garantice el acceso a los aceites: uno para importar materia prima, otro para plantar y un tercero para comprarlo en el exterior y fraccionarlo. Ninguno tuvo el visto bueno del gobierno de Cambiemos, que sí se lo dio al hijo del gobernador jujeño y más recientemente al municipio de San Pedro, también alineado con Mauricio Macri y Patricia Bullrich.