La Justicio encontró culpable a Luisa Toledo de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada por la utilización de violencias y amenazas y por más de un mes contra dos ex religiosas.
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay condenó este viernes a 3 años de prisión efectiva –la fiscalía había pedido 6– a la ex superiora del convento de Carmelitas Descalzas de Nogoyá, Luisa Toledo, por privación ilegítima de la libertad, quien de todos modos permanecerá libre hasta que la sentencia quede firme.
Los jueces Darío Crespo, Javier Cadenas y Alejandra Gómez la consideraron responsable de “privación ilegítima de la libertad agravada por la utilización de violencias y amenazas y por más de un mes” contra dos ex religiosas.
Durante el juicio que inició el martes 11 de junio declararon más de 15 testigos, entre curas, amigos, familiares, y religiosas compañeras de las víctimas.
Toledo fue acusada de obligarlas a “aplicarse y cumplir rigurosos castigos, y también las utilizaba como elementos de sus propias autocorrecciones”, según los magistrados.
Para los castigos, utilizó látigos encerados, disciplinas, tabiques de madera y piola y mordazas para la boca, cilicios, y coronas de alambre de púas.
Silvia Albarenque estuvo privada de su libertad por aproximadamente 6 años hasta el 1° de abril de 2013 cuando “por razón de salud fue entregada a su hermana”, mientras que Roxana Peña “por año y medio hasta el 28 de marzo de 2016 cuando pudo escapar” del convento.
Ambas “hicieron saber en forma reiterada de diferentes maneras la decisión de dejar el convento, pero Toledo ignoró, desechó y destruyó los papeles donde demostraban sus intenciones y no les permitió abandonar el recinto” remarcaron los magistrados.
Los reclamos de libertad “eran amainados y aplacados, llevándolas a la convicción de que no tenían nunca posibilidad cierta de tener la libertad que reclamaban”, señalaron.
En su declaración, Peña dijo que “no las dejaba salir, las obligaba a golpearse con látigos, usar cilicios y mordazas, las encerraba por semanas a pan y agua, en un tratamiento inhumano e indigno constante”.
Peña sufrió “una constante mortificación psicológica”, y castigos por cada acto cotidiano como “romper un vaso, con siete días de encierro”, por lo que consideró que lo que vivió “fue el mismo infierno”.
Por eso, teniendo en cuenta la edad y estado de salud de la religiosa, los jueces condenaron a 3 años de prisión efectiva que “cumplirá en la Unidad Penal 6 de Paraná, cuando la sentencia quede firme”.
El fiscal Jorge Gamal Taleb calificó como “un gran fallo” aseguró que “la Justicia se mimetizó con el dolor de las víctimas y ese es el camino correcto para recuperar la credibilidad del Poder Judicial”.
Taleb solicitó seis años y seis meses de prisión, pero “si las víctimas comparten la decisión del Tribunal no interpondríamos ningún recurso” de apelación, informó.
Por su parte, el abogado Miguel Ángel Cullen, defensor de Toledo, afirmó que apelará el fallo. “Vamos a ir a Casación” afirmó Cullen, ya que “no nos hemos sabido dar a entender y estamos seguros que en alguna instancia se va a escuchar la verdad de lo que sucedió”.