Oficialismo y oposición están con la cabeza en las elecciones y en el armado de las listas.
Excepto que ocurrieran hechos extraordinarios, no hay razones para pensar que el parate legislativo no vaya a continuar, más aún conforme se vayan acercando en el calendario las fechas para la realización de las PASO, primero (11 de agosto) y de la elección presidencial, después (27 de octubre).
Hasta aquí, en Diputados se realizaron tres sesiones especiales, una ordinaria y una informativa, para que expusiera el jefe de Gabinete, Marcos Peña,
La principal iniciativa aprobada este año fue la ley de Financiamiento Político, que permite los aportes de empresas privadas a las fuerzas políticas, y establece la bancarización de esos fondos, destinados a las campañas políticas.
La ausencia de mayoría que tiene Cambiemos en la cámara baja ha obligado al bloque oficialista, desde el primer día de la gestión de la administración Macri, a consensuar la agenda parlamentaria con la oposición, para que los proyectos que llegaran al recinto tuvieran posibilidad de ser sancionados.
Esos acuerdos permitieron a Cambiemos consensuar, desde marzo de 2016, la mayoría de las iniciativas, principalmente con el Frente Renovador de Sergio Massa y el bloque Justicialista, encabezado por el salteño Pablo Kosiner, ahora distanciados producto de los reacomodamientos electorales.
Massa encabeza la lista de diputados nacionales del Frente de Todos que impulsa a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner como precandidatos a la presidencia y vice, mientras que Kosiner, por su parte, buscará su reelección con la lista de Consenso Federal, que lleva la fórmula integrada por Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey.
En el marco de la campaña para las PASO del 11 de agosto, la posibilidad de arribar a consensos para sancionar leyes impulsadas por el oficialismo parece improbable a esta altura.