El pontífice sostuvo que “la mentalidad de que una mujer debe ser explotada como una mercancía para usar y luego arrojar es patológica”.
En el prólogo de un libro dedicado a la lucha contra la prostitución, publicado en Italia, el papa Francisco deseó que “se pueda entender que sin frenar la demanda tan alta de clientes de la prostitución no se podrá luchar eficazmente contra la explotación y humillación de vidas inocentes” . Además, el pontífice la definió como”una reducción a la esclavitud” y una “enfermedad de la humanidad”
“Cualquier forma de prostitución es un acto criminal, un vicio pésimo que confunde hacer el amor con saciar los instintos torturando a una mujer indefensa”, denunció Jorge Bergoglio en su introducción al libro “Mujeres crucificadas. La vergüenza de la trata contada desde las calles”, del sacerdote Aldo Buonaiuto.
Para el Papa, la prostitución “es una herida a la conciencia colectiva, un desvío del imaginario actual. La mentalidad de que una mujer debe ser explotada como una mercancía para usar y luego arrojar es patológica”.En ese contexto, la definió como “una enfermedad de la humanidad” y “una forma incorrecta de pensar de la sociedad”.
Luego, el Papa pidió “liberar a esas pobres esclavas”, como un “gesto de misericordia y un deber para todos los hombres de buena voluntad”.
Francisco se reunió en varias ocasiones con mujeres víctimas de trata, y algunas instituciones del Vaticano, como la Pontificia Academia de Ciencias, propuso en varias oportunidades seguir el modelo de legislación sueca de castigo a los clientes como herramienta para combatir el problema.