La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) aprobó el uso del lenguaje inclusivo en las producciones realizadas por sus alumnos de grado y posgrado.
La medida quedó plasmada en una resolución aprobada esta semana por el Consejo Directivo de la casa de altos estudios, la cual fue firmada por su decana, Carolina Mera, y su secretario de Gestión Institucional, Javier Hermo.
A partir de la resolución, el lenguaje inclusivo, que por primera vez es reconocido oficialmente en un ámbito académico argentino, podrá ser utilizado “en cualquiera de sus modalidades” como “recurso válido en las producciones realizadas por estudiantes de grado y posgrado”.
En los considerandos de la medida, las autoridades académicas señalan que “el lenguaje con el que nos comunicamos y relacionamos comporta sentidos que reflejan desigualdades entre los géneros, naturalizando la segregación, discriminación o exclusión”.
La medida incluye además la instrucción a la Subsecretaría de Políticas de Género para que instrumente acciones de capacitación y difusión “a fin de comprometer a la comunidad universitaria a comunicarse con un trato respetuoso de los derechos de las mujeres, la diversidad sexual y de género”.
El lenguaje inclusivo sigue encontrando resistencia en otros sectores académicos. En un texto crítico con su implementación, pocas semanas atrás, el presidente de la Academia Argentina de Letras, José Luis Moure, advirtió que la imposición del “e” en los sustantivos que se generalizan a partir del masculino “no surge como cambio `desde abajo`, es decir como una progresiva y por lo general lenta necesidad expresiva de un número considerable de hablantes”.
Consideró en cambio, en una columna publicada en el sitio de la institución, como “una propuesta ´desde arriba´, numéricamente minoritaria nacida de un grupo de clase media que busca imponer con marca en la lengua un valor en torno a un reclamo social”.