Por la crisis financiera, económica y social que se desató esta semana después de las elecciones primarias, la intendenta Mónica Fein dispuso un paquete de medidas para congelar parte del gasto político y en obra pública hasta fin de año. El objetivo es atender las urgencias.
Tras una reunión con todo su gabinete, la jefa del Palacio de los Leones dispuso este viernes una serie de medidas con el fin de reducir erogaciones en distintos rubros del ámbito municipal y, al mismo tiempo, garantizar la cláusula gatillo establecida en la paritaria de los trabajadores municipales y la asistencia de sectores sociales más desprotegidos.
“Ante la coyuntura actual y frente al proceso de transición que se viene llevando adelante, se considera imprescindible establecer medidas complementarias de racionalización administrativa que permitan priorizar la asignación de recursos destinados al gasto social —asistencia alimentaria—, salud y a los servicios públicos indispensables”, informó el Ejecutivo municipal.
Las siete medidas
Se suspenderán todas las licitaciones de obra pública que no hayan comenzado a la fecha.
Se reducirán las contrataciones de vehículos, servicios y horas adicionales no aplicadas a tareas imprescindibles.
Se someterán a análisis los mecanismos de ajuste automático de los contratos de servicio y obras públicas.
Se suspende todo nuevo contrato y compra de bienes de capital.
Se dispone el congelamiento de los salarios de todo el gabinete y personal político.
Se sostendrán los programas de fomento al consumo como Precios Justos.
Se creará una comisión para el seguimiento de variables financieras, económicas y sociales, integrado por las áreas municipales que mayor impacto presupuestario evidencian.