Un informe de DEUCO precisó que los remedios sufrieron una suba del 100 por ciento en un año. Pidieron que haya un control estricto como en 1988 y “precios máximos fijados” por el Estado.
Luego de la abrupta subida del dólar y la intensa devaluación que azotó al país en las últimas dos semanas, los medicamentos volvieron a aumentar y su valor es 100% más caro que en 2018.
El dato lo dio a conocer el presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO), Pedro Bussetti, quien dejó en claro que, desde el resultado electoral en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que repercutió con fuerza en el mercado, el incremento de los medicamentos fue del 20% en los últimos días, sumando así un 100% en comparación con los precios del año pasado. Además, informó que, desde 2015 hasta hoy, el aumento fue casi del 300%.
“Creemos que la industria farmacéutica, de alguna manera, es la beneficiaria en todo esto. La devaluación se produjo el día lunes 12 de agosto y, automáticamente a partir de ese mismo día, hubo corrección de precios. La devaluación se trasladó sin un análisis de costos, sin una autorización por parte del Ministerio de Salud y de forma unilateral”, explicó Bussetti, quien añadió: “A lo largo de este año, este aumento que viene deteriorando la capacidad de compra de las personas que están enfermas, sobretodo de las personas mayores, donde hay un mayor consumo de medicamentos por cuestiones lógicas”.
De acuerdo a los datos proporcionados por aquella entidad, el silidral uno (para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica) pasó de 464,52 pesos, en 2018, a 870 en agosto de este año; así también el sifrol (para tratar el Parkinson), pasó de 3.790,12 a 8.656,19 pesos; el amisped pediátrico (asma), de 734,38 a 1.502,56 pesos; el ambien (insomnio), de 240,51 a 478,04 pesos; el danantizol (tiroides), de 61,28 a 214,47 pesos; el amaryl (diabetes), de 271,26 a 570,82 pesos; el dipni (hongos), de 209,18 a 433,25 pesos; el diural (antihipertensivo), de 54 a 102 pesos; el dilatrend (antihipertensivo), de 128,29 a 506, 90; el dolo glucoarrumalon (antiartrósico), de 789,26 a 1617,75; y el nabila (antihipertensivo), de 141,09 a 256,78.
De esta manera, el titular de DEUCO detalló que “se han contado muchas anécdotas en que la gente va a la farmacia y le pide al farmacéutico que le venda una tirita de diez, si le puede fraccionar cinco comprimidos o no lo compra, porque no lo puede comprar o no le alcanza la jubilación, la pensión o el ingreso que tiene”.
“También hay una restricción y reducción de beneficios que daba el PAMI, que cubría mucho de los medicamentos al 100% y ahora no los cubre. Los jubilados, con una jubilación de menos de 13 mil pesos, tiene que comer, vestirse, comprar medicamentos, y obviamente que no le alcanza”, lamentó. Por este motivo, Bussetti apuntó contra la industria farmacéutica, en tanto que aseveró que “darle la libertad de mercado a los laboratorios termina de esta manera, afectando a la salud de todo el pueblo argentino”.
“Si hay un sector que tiene que tener control estricto es el de los medicamentos, como sucedió hasta 1988, antes de la asunción de Carlos Menem, que los medicamentos estaban regulados por el Estado y tenían precios máximos fijados por el éste. Cada vez que había un aumento debía ser autorizado por el Ministerio de Salud”, reflexionó el presidente de la entidad, quien añadió: “Hoy solamente hay un gran beneficiado que son las grandes empresas, las empresas monopólicas, de gas, transporte, luz, las productoras y el sistema bancario”.
Finalmente, Bussetti afirmó: Nosotros, como representantes de los consumidores, pedimos un cambio de política económica, pero nos preocupa el cómo llegamos hasta octubre con esta situación tan grave”.