El efectivo de la Policía de la Ciudad acusado de provocar la muerte de un hombre armado con un cuchillo al que derribó de una patada en el pecho, el 20 de agosto último en el barrio porteño de San Cristóbal, fue procesado hoy sin prisión preventiva por la jueza de la causa, quien consideró que no se excedió “en el cumplimiento de su deber”.
La jueza le trabó al acusado un embargo de dos millones de pesos sobre sus bienes. Al sostener la calificación legal, la magistrada consideró que no hubo un “exceso en el cumplimiento de un deber” de parte del policía Ramírez, sino una conducta irresponsable que terminó con la muerte de Gómez.
Sin embargo, para la jueza el efectivo sí se “excedió” respecto de lo que marca el protocolo de la fuerza para reducir a un sospechoso, incluso armado con un cuchillo, como en este caso.
Bernan sostuvo que, si bien aun no se cuentan con los resultados de los peritajes toxicológicos para determinar si Gómez se encontraba al momento del hecho alcoholizado o bajo los efectos de drogas, se recolectaron evidencias de que la víctima padecía un estado alterado de la conducta. Y en ese sentido señaló que dicha circunstancia lo hacía aún más vulnerable al acto de violencia que fue la patada en el pecho que le aplicó el policía.
Tras la difusión pública de lo ocurrido, Amnistía Internacional condenó el episodio y llamó “a las autoridades a adoptar las medidas necesarias para investigar los hechos y en base a ello determinar las responsabilidades en el caso”.