El jefe de la delegación Santa Fe de la Policía Federal (PFA) fue pasado a disponibilidad, según confirmó el miércoles a la noche la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien lo acusó de “mentiroso” luego de que la pericia balística contradijera su versión sobre el supuesto ataque ocurrido el pasado 9 de septiembre.
“iLa verdad no se tapa! Este mentiroso disfrazado de policía será removido inmediatamente de la institución. La pericia confirmó que el comisario (Mariano) Valdés de la PFA no sufrió un intento de robo sino que el disparo fue desde adentro de su vehículo”, tuiteó Bullrich al respecto.
Por su parte, la funcionaria aseguró que las versiones no coincidían y que no “cerraban”. “Había un clima de mentira alrededor del relato y no terminaba de cerrar”, dijo Bullrich.
“Ambos están hoy fuera de la fuerza”, recalcó haciendo referencia a que tanto el comisario como la suboficial fueron removidos de sus cargos y aseguró que la determinación fue por falso testimonio. “Hay sanciones administrativas por no haber dicho la verdad y es una falta gravísima”, expresó.
En ese sentido, el juez federal 3 de Rosario, Carlos Vera Barros, había rechazado el miércoles el pedido de un fiscal para que el expediente pasara a ese fuero y sea investigado como un “atentado a la autoridad”.
El juez consideró que “de la información reunida hasta el momento, no surgen los extremos que permitan establecer la hipótesis delictiva en que el Fiscal Federal encuadra los hechos que también vienen siendo investigados por la justicia provincial”.
Vera Barros agregó que “esta magistratura entiende que la pretensión esbozada por el Ministerio Público deviene prematura” y resolvió que el caso continúe en la órbita de la Justicia ordinaria.
El fiscal Rodolfo Lega había solicitado que la causa pase a la Justicia Federal al entender que las hipótesis investigativas no podían agotarse en el intento de robo o la tentativa de homicidio, sino que debía incluir también la posibilidad de “un atentado a la autoridad”.
En tanto, el comisario Valdés (51) declaró el martes por tercera vez desde que resultó herido el lunes 9 de septiembre en la autopista Rosario-Buenos Aires cuando se desplazaba junto a la suboficial Rosana González (27), que resultó ilesa, y ratificó su hipótesis de que fue víctima de un aparente “robo al voleo”.
Paralelamente, fuentes del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Santa Fe dijeron a esta agencia que “de la declaración de Valdés se estima que los disparos fueron a corta distancia”.
Voceros de la pesquisa puntualizaron que los rastros de los disparos quedaron del lado izquierdo (el del conductor) y en el frente del automóvil.
El día del supuesto ataque, la ministra Bullrich había expresado que se trataba de un hecho “de carácter mafioso” vinculado “a la tarea que está llevando adelante la nueva jefatura”, del que habían participado personas “encapuchadas” que “tiraron contra el auto”, aunque finalmente la propia funcionaria desestimó hoy esa versión.
Para el equipo de fiscales a cargo de la investigación que encabeza Eugenia Lasciarandare, si bien no se descarta ninguna de las tres hipótesis originales, ahora cobra más potencia la de un ataque en un intento de robo en el que los agresores aprovecharon cuando Valdés detuvo el auto para cambiar la yerba del mate, según declaró.
La otra hipótesis apunta a un conflicto interpersonal entre los policías que iban en el auto, aunque las fuentes indicaron que Valdés lo “negó” en su declaración.
La suboficial que lo acompañaba, Rosana González, se presentó el miércoles a declarar y corroboró la versión de su jefe ante la Fiscalía de Rosario. Este jueves la Fiscalía citó a declarar a la esposa de Valdés.
Los fiscales santafesinos solicitaron pericias que deberán realizarse en Rosario con el equipo de profesionales de la salud del Ministerio Público de la Acusación para certificar su necesidad de reposo.
Según la investigación, el día del ataque Valdés había viajado a rendir un concurso para un ascenso a la sede de la Policía Federal en la ciudad de Buenos Aires.
A su regreso, se desvió hasta la localidad bonaerense de San Antonio de Padua, donde pasó a buscar a la suboficial González.
Ambos declararon que la noche del lunes 9 de septiembre detuvieron el auto para cambiar la yerba del mate y en ese momento una camioneta gris o negra frenó delante de ellos y tres hombres encapuchados les dispararon.
También dijeron ante la fiscal santafesina que repelieron el fuego con sus armas reglamentarias.