¿Por qué Argentina es pionera mundial en la lucha contra estos delitos y cómo es el panorama actual?
En 1913, Argentina se convirtió en pionera mundial en la lucha contra la prostitución infantil al sancionar la “Ley Palacios”. En el contexto actual, la situación sigue siendo más que preocupante. En estos últimos cuatro años, casi cuatro mil personas fueron rescatadas sólo en el país
Este lunes, como todos los 23 de septiembre desde hace 20 años, se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas. El mismo fue declarado en la Conferencia Mundial de la Coalición contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que se desarrolló en Dhaka, Bangladesh, en 1999.
¿Por qué el 23 de septiembre?
Debido a que, 86 años antes de la promulgación de este Día Internacional, en 1913, Argentina se convirtió en pionera mundial en la lucha contra la trata de personas y la prostitución y explotación sexual infantil al sancionar la “Ley Palacios”.
La Ley 9143, aprobada un día como hoy pero de hace 106 años, y publicado en el Boletín Oficial el 4 de octubre de 1913, estableció una reforma al Código Penal para reprimir la trata de personas y la prostitución y corrupción sexual de menores con firmeza.
Esto se dio en un contexto en donde se estaba dando la primera oleada masiva de inmigración, siendo Argentina uno de los países donde más impactó el movimiento de trabajadores europeos; y también en donde los prostíbulos, y la violación de los derechos humanos y la explotación sexual de las mujeres, pese a existir reglamentos y normas que lo prohibían, estaban más que vigentes.
El proyecto, que terminó transformándose en una normativa oficial y vigente, contemplaba entre 3 y 10 años de cárcel para “quien promoviese o facilitase la corrupción o prostitución de mujeres, mayores y menores de edad” y “la consideración de coautores sujetos a penas de los dueños de los prostíbulos”. Además, especificaba que las fuerzas de seguridad “debían encargarse del control y penalización del tráfico de mujeres, ya sean argentinas o extranjeras”. Gracias a esto, el país se posicionó como pionero en cuanto a la defensa de los derechos humanos, enfocándose, en esta ocasión, específicamente en los delitos sexuales y la esclavitud.