En Santa Fe, en cambio, no hay dudas de que al menos hasta fin de año no será necesario subir las tarifas de la Epe.
En el nivel mayorista, la resolución N°14 del Ministerio de Hacienda, al que pertenece la Secretaría de Recursos Renovables y Mercado Eléctrico, dictada en abril -para cuando el dólar estaba en menos de 40 pesos-, ya había dispuesto dos aumentos del 3% en mayo y del mismo porcentaje en agosto de este año.
La Casa Gris mantuvo su compromiso, asumido en mayo -antes de las elecciones provinciales-, de no tocar las tarifas. Al impacto de la primera suba ya lo había sentido la Epe a mediados de año. Y, ahora, desde el 1ro de agosto, nota los efectos del segundo, que obviamente no pueden simplemente sumarse, porque son acumulativos (es bastante más que un 6%).
Un programa de inversiones que sufre recortes, menos licitaciones y algunas otras medidas internas de ahorro que no afectan al personal (ni a la planta política) son -en parte- la respuesta de la Epe a la indicación de no volver a subir tarifas en 2019. El grueso de la diferencia a cubrir provendrá de otra fuente de financiación: el deudamiento.
Ventajas
El último aumento de la Epe se discutió a fines de 2018, en una audiencia publica, y produjo el grueso de su impacto en los bolsillos santafesinos durante el primer trimestre de 2019. Desde entonces, las dos subas que en mayo y agosto autorizó el gobierno nacional han sido “absorbidas” por la empresa santafesina.
Hasta ahora, la Epe no tiene deudas con Cammesa -a diferencia de otras provincias que ya suman en total $ 23.550 millones- y ese es, en el actual panorama financiero nacional, su crédito más económico.
Todavía no se lo admite de manera oficial pero es muy probable que el directorio de la Epe que se retira entregue a los próximos administradores una compañía con “algo de deuda corriente”, seguramente, estabilizada en cuotas, en algún plan de pagos acordado.
La ecuación que se hace en el gobierno es simple: subir tarifas es -además de arriesgar prestigio político por no poder cumplir una promesa- agregar más dificultades a la economía real provincial, muy golpeada.
“No se puede tener una Epe sin deudas a costa de sacrificar a la producción y a los santafesinos”, es la expresión más común en el Ejecutivo cuando se toca el espinoso tema de las tarifas eléctricas y la transición.