Los titulares de taxis volverán al Concejo Municipal a pedir un salvavidas para el sector, amenazado por la caída de pasajeros y la suba de los costos del servicio. Además de solicitar que se abra la discusión sobre un aumento de tarifa, reclamarán que se extienda el límite de diez años de antigüedad que pesa sobre las unidades. Según explican, actualmente, renovar el vehículo se asemeja a una misión imposible.
“La última devaluación nos afectó muchísimo, los precios de repuestos y autos crecieron como el dólar”, explicó el dirigente de la Asociación de Titulares de Taxistas Independientes (Atti), Mario Cesca.
Ese sector de titulares inició la semana pasada una serie de conversaciones con concejales con el objetivo de buscar herramientas para morigerar la situación. Entre ellas, la posibilidad de aumentar la tarifa antes de fin de año y, al mismo tiempo, aplazar la caducidad de los vehículos.
Por ordenanza, la vida útil de un vehículo afectado a una licencia de taxi se considera cubierta al cumplir diez años de antigüedad, contados a partir del día 1º de enero del año posterior a su fabricación. Sin embargo, la antigüedad promedio de los 3.600 autos que componen la flota de taxis es bastante menor, ronda los seis años.
Cesca advirtió que, aún así, hay muchos coches circulando que son modelo 2009, por lo tanto a partir de diciembre sus dueños deberán renovarlos. “Hemos pedido a la Municipalidad que se haga un relevamiento para saber cuántos autos están en esa situación. Y, con esos números en la mano queremos pedir una prórroga de por lo menos un año más para esas unidades”, explicó.
Para el dirigente de Atti, resulta “imprescindible” que se contemple la realidad que atraviesa el servicio. “Hoy por hoy resulta imposible cambiar el auto. Ni siquiera hablamos de llegar a un cero kilómetro, sino sencillamente cambiarlo por un usado más nuevo”, sostuvo y recordó que actualmente no hay posibilidades de acceder a créditos con tasas subsidiadas, como oportunamente ofrecieron los bancos Nación y Municipal.